La coqueta

De Según Charles-Amable Lenoir - Düsseldorfer Auktionshaus, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=26501796

Descargar PDF Descargar ePUB

Había una vez una coqueta que tenía un pretendiente del cual no podía librarse. Él se tomaba en serio sus promesas y declaraciones y no quería dejarla. Se creía hasta sus insinuaciones. Esto la irritaba, porque estorbaba sus buenas relaciones eventuales y los regalos, halagos, flores, cenas y demás que podría obtener de ellas.

Finalmente Yvonne insultaba y mentía a su pretendiente, Bertrand, y no le daba nada, literalmente; lo que significaba menos cero en comparación con la nada que daba a sus otros amigos. Sin embargo, Bertrand no cesaba en sus atenciones porque consideraba que esa conducta era normal y femenina, un exceso de modestia. Llegó a sermonearlo y, por una vez en su vida, dijo la verdad. Como él no estaba acostumbrado a la verdad y esperaba falsedades de una mujer bonita, tomó sus palabras por incoherencias y continuó cortejándola.

Yvonne intentó envenenarlo poniendo arsénico en las tazas de chocolate que tomaba en su casa, pero él se recuperó y pensó que esta era una prueba aún mayor y más encantadora de su miedo a perder la virginidad a la edad de diez años. A su madre le dijo que la habían violado. De ese modo, Yvonne mandó a la cárcel a un hombre de treinta años. Había estado tratando de seducirlo durante dos semanas, diciéndole que tenía quince años y que estaba loca por él. Había disfrutado arruinando su carrera y haciendo que su esposa se sintiera desgraciada y avergonzada y su hija de ocho años, confusa.

Otros hombres aconsejaron a Bertrand. «Todos nos hemos divertido con ella», le dijeron, «hasta nos la hemos llevado a la cama una o dos veces. Tú ni siquiera has conseguido eso. ¡Y ella no vale nada!» Pero Bertrand pensaba que él era diferente a los ojos de Yvonne, y aunque se daba cuenta de que su perseverancia iba más allá de lo común, consideraba que esto era una virtud.

Yvonne incitó a un nuevo pretendiente a matar a Bertrand. Logró la obediencia del nuevo pretendiente prometiéndole que se casaría con él si eliminaba a Bertrand. A Bertrand le dijo lo mismo respecto al otro hombre. El nuevo pretendiente retó a Bertrand a un duelo, falló el primer tiro y luego empezó a hablar con su proyectada víctima. (El arma de Bertrand se había negado rotundamente a disparar.) Descubrieron que ambos habían recibido promesas de matrimonio. Mientras tanto, los dos hombres le habían hecho regalos caros y le habían prestado dinero durante sus pequeñas crisis de los últimos meses.

Estaban resentidos, pero no se les ocurría ninguna idea para castigarla. Así que decidieron matarla. El nuevo pretendiente fue a verla y le dijo que había matado al estúpido y persistente Bertrand. Entonces Bertrand llamó a la puerta. Los dos hombres fingieron una pelea. En realidad, empujaron a Yvonne entre ambos y la mataron de varios golpes en la cabeza. Dieron la versión de que ella intentó interponerse y resultó golpeada accidentalmente.

Como el propio juez de la ciudad había sufrido, siendo objeto de las burlas de sus conciudadanos, a causa de la coquetería de Yvonne, estaba secretamente complacido por su muerte y dejó libres a los dos hombres sin más. Además, era lo bastante sabio como para comprender que no la habrían asesinado si no hubiesen estado ciegamente enamorados de ella… y ese estado le inspiraba lástima, puesto que ya había cumplido los sesenta.

Únicamente la doncella de Yvonne, que siempre había recibido un buen sueldo y sustanciosas propinas, asistió a su funeral. Incluso su familia detestaba a Yvonne.

FIN

Patricia Highsmith. Escritora americana, se trasladó de muy joven a Nueva York, graduándose en 1942 en el Barnard College. Trabajó para una editorial haciendo sinopsis de historietas, comenzando a escribir a los veintidós años. Highsith vivió algún tiempo entre Nueva York y México, donde también publicó. Comoquiera que sus obras no tuvieron demasiado éxito en Estados Unidos pero sí en Europa, en 1963 se trasladó a Inglaterra, viviendo posteriormente en Francia y Suiza.

De carácter muy introvertido, Highsmith era lesbiana, lo que se hizo notar en novelas como Carol (publicada con seudónimo por su contenido sexual), y adicta al alcohol.

Varias de sus novelas fueron llevadas al cine, destacando Extraños en un tren, llevada en tres ocasiones, una de ellas con gran éxito por Alfred Hitchcock. También produjo una serie para televisión.

Pero sin duda, es su personaje Tom Ripley el más conocido de su producción. Con este antihéroe, psicópata y amante de la buena vida, logró un gran éxito en todo el mundo. Libros protagonizados por Ripley, como El talento de Mr. Ripley, El amigo americano o La máscara de Ripley han logrado llegar al cine, en ocasiones hasta en más de una ocasión.

Autora de relatos cortos y ensayos, fue fundamentalmente conocida por sus novelas de suspense psicológico, y policiacas. A lo largo de su carrera recibió premios como el O. Henry o el Silver Dagger, quedando en varias ocasiones como finalista del Edgar.