Cuentos de Gustav Meyrink

El cardenal Napellus

Gustav Meyrink

Aparte de su nombre, Hieronymus Radspieller, solo sabíamos de él que vivía año tras año en el castillo semiderruido cuyo propietario, un vasco canoso y siempre malhumorado -ex sirviente y luego heredero de un antiguo y noble linaje que se fue perdiendo en la soledad y la tristeza...

De cómo el Dr. Job Paupersum le trajo rosas rojas a su hija

Gustav Meyrink

"Fantasmagóricas escenas a todo color, referidas al derroche y la opulencia, se fueron sucediendo rápidamente ante los ojos mentales del académico, y mientras su corazón maravillado murmuraba..."

Amadeus Knödlseder, el incorregible buitre de los Alpes

Gustav Meyrink

"Y él, que hasta el momento había sido el orgullo del Jardín Zoológico, él, el venerado buitre de los Alpes… se lo creyó: se apoderó del caño de goma y lo llevó en rápido vuelo hasta su barra, donde comenzó a tironear y tironear hasta que el caño se fue haciendo cada vez más largo y finito, rompiéndose por fin arrojándolo hacia atrás con violencia, de modo que, por primera vez en su vida, cayó al suelo provocándose una dolorosa torcedura en el cogote"

La muerte violeta

Gustav Meyrink

"Sir Roger le explicó que se proponía cruzar los lugares envenenados con ayuda de escafandras y balones de aire comprimido y luego penetrar en el interior del misterioso desfiladero."
Grillos

El juego de los grillos

Gustav Meyrink

-¿Y? -preguntaron los señores al entrar el profesor Goclenius más rápidamente de lo que era su costumbre y visiblemente alterado-. ¿Le entregaron las cartas? ¿Ya está Johannes Skoper viajando de regreso a Europa? ¿Cómo se encuentra? ¿Llegó alguna colección con el correo? -inquirían todos a la vez...