Relatos uruguayos

El árbol

Juan Carlos Onetti

"El golpe de un bofetón y un insulto. El niño continuaba ignorante y riendo, ella sonreía, mirándolo, mostrándole la cara, la pelota iba y venía, rodaba brillosa y alegre sobre la tierra que interrumpían algunos puñados de pasto."

Almuerzo y dudas

Mario Benedetti

El hombre se detuvo frente a la vidriera, pero su atención no fue atraída por el alegre maniquí sino por su propio aspecto reflejado en los cristales. Se ajustó la corbata, se acomodó el gacho. De pronto vio la imagen de la mujer junto a la suya...

La gallina degollada

Horacio Quiroga

No pudo gritar más. Uno de ellos le apretó el cuello, apartando los bucles como si fueran plumas, y los otros la arrastraron de una sola pierna hasta la cocina, donde esa mañana se había desangrado a la gallina, bien sujeta, arrancándole la vida segundo por segundo...

A la deriva

Horacio Quiroga

El hombre se bajó hasta la mordedura, quitó las gotitas de sangre, y durante un instante contempló. Un dolor agudo nacía de los dos puntitos violetas, y comenzaba a invadir todo el pie. Apresuradamente se ligó el tobillo con su pañuelo y siguió por la picada hacia su rancho...

La casa inundada

Felisberto Hernández

De esos días siempre recuerdo las vueltas en un bote alrededor de una pequeña isla de plantas. Cada poco tiempo las cambiaban; pero allí las plantas no se llevaban bien. Yo remaba colocado detrás del cuerpo inmenso de la señora Margarita...

La serpiente de cascabel

Horacio Quiroga

La serpiente de cascabel es un animal bastante tonto y ciego. Ve apenas, y a muy corta distancia. Es pesada, somnolienta, sin iniciativa alguna para el ataque; de modo que nada más fácil que evitar sus mordeduras, a pesar del terrible veneno que la asiste...

Las Hortensias

Felisberto Hernández

«Si no hubiese leído las historias de Felisberto Hernández en 1950, hoy no sería el escritor que soy» (Gabriel García Márquez). «No es casual que la abrumadora mayoría de sus relatos haya sido escrita en primera persona (pero “Las Hortensias”, gran excepción, parecería volcarlo igualmente en el personaje central del cuento en lo que toca a las pulsiones más hondas, acaso las más inconfesables dentro del contexto de su ambiente y de su tiempo). Basta iniciar la lectura de cualquiera de sus textos para que Felisberto esté allí, un hombre triste y pobre que vive de conciertos de piano en círculos de provincia, tal como él vivió siempre, tal como nos lo cuenta desde el primer párrafo. Pero apenas lo reconocemos una vez más –buenos días, Felisberto, ¿cómo te irá ahora, tendrás un poco más de dinero, las piezas de tus hoteles serán menos horribles, te aplaudirán esta vez en los teatros o los cafés, te amará esa mujer que estás mirando?–, en ese reconocimiento que sólo ha tomado unos…

Anaconda y otros cuentos

Horacio Quiroga

Con la publicación de este libro (1921), Horacio Quiroga alcanzó gran repercusión entre la crítica y el público continental. Los cuentos aquí reunidos —aparecidos originalmente en publicaciones porteñas en los años anteriores— dan cuenta de un amplio periodo de su experiencia narrativa y vital: los primeros años en Buenos Aires, el deslumbramiento por la cinematografía, sus proyectos agrícolas en el Chaco, la profunda incursión en Misiones, el regreso a la capital… El relato epónimo es, quizás, uno de los más conocidos de la literatura latinoamericana. A través de sus páginas, quedan patente la admiración y la maravilla que sentía Quiroga por la selva y sus criaturas, al narrar magistralmente el encuentro de Anaconda con la bestia más temible de todas: el hombre.