Ficción

Postcard with Japanese painting

Un pueblo llamado Yumiura

Yasunari Kawabata

"Kozumi era escritor. Las visitas sin cita previa y a cualquier hora eran asunto de todos los días. Justo en ese momento había tres visitantes en la sala. Aunque los tres habían llegado por separado, los tres estaban conversando juntos. Eran las dos de una tarde en la que, a pesar de ser principios de diciembre, hacía calor..."
Purple Rain. Foto por Tom Roberts en Unsplash

Hoy decidí vestirme de payaso

Álvaro Cepeda Samudio

"Hoy decidí vestirme de payaso. Me he puesto unos grandes zapatones de caucho y me he pintado la cara de rojo y de blanco. Cuando atravesé el estrecho corredor de arena la sentí rebotar debajo de mis zapatones y tuve la agradable sensación de sentirme payaso..."
Gato. Foto por Tatyana Eremina en Unsplash

Los gatos antropófagos

Haruki Murakami

"El mayor problema de la vida que llevábamos en la isla era que casi no teníamos nada que hacer. No trabajábamos, no conocíamos a nadie. En la isla no había ni cine ni pistas de tenis. Tampoco disponíamos de libros. Habíamos salido tan apresuradamente de Japón que ni siquiera se nos había ocurrido traernos algunos libros..."
Death and the Miser, por Jerónimo Bosch

El armario viejo

Charles Dickens

"Quien hubiese visto el contenido del baúl, más bien habría pensado que su dueño no debería hacer mejor cosa que llevárselo a un trapero, pues todo eran ropas, en su mayor parte pertenecientes, por su tela y forma, a las modas de otro siglo, excepto uno o dos vestidos de mujer; pero ¿qué podía hacer con traje de mujer el joven cuya imaginación se exaltaba de ese modo ante aquel guardarropa híbrido? No eran días de Carnaval…"
Misty Fishing Trip. Foto por 郑 无忌 en Unsplash

China

José Donoso

"Al entrar por la calle, un tranvía vino sobre nosotros con estrépito. Busqué refugio cerca de mi madre, junto a una vitrina llena de hojas de música. En una de ellas, dentro de un óvalo, una muchachita rubia sonreía. Le pedí a mi madre que me comprara esa hoja, pero no prestó atención y seguimos camino..."
Golden grass on blue. Foto por Ashley Davis en Unsplash

El joven que subió al cielo

José María Arguedas

"El joven volvió a la tarea. Desde el instante en que llegó a la orilla del sembrado estuvo mirando el campo, inmóvil y atento. Esa noche la luna era brillante. Hasta la alborada estuvo contemplando los contornos del papal; así, mientras veía, le temblaron los ojos, y se adormiló unos instantes..."
Love. Foto por Shelby Deeter en Unsplash

Amor

Clarice Lispector

"En el fondo, Ana siempre había tenido necesidad de sentir la raíz firme de las cosas. Y eso le había dado un hogar, sorprendentemente. Por caminos torcidos había venido a caer en un destino de mujer, con la sorpresa de caber en él como si ella lo hubiera inventado. El hombre con el que se había casado era un hombre de verdad, los hijos que habían tenido eran hijos de verdad..."
El Sexto, una novela de José María Arguedas

El Sexto

José María Arguedas

Decía Gonzalo Torrente Malvido que "El sexto" es la mejor novela sobre la cárcel en lengua española, pero sobre esto y como escribiera Mario Vargas Llosa, la prisión es solo un medio, el decorado que usa Arguedas para representar un drama que lo hostigó toda su vida y que, sin duda, contribuyó a forjar la crisis que culminó con su suicidio: el de la marginalidad. en efecto, sobre el légamo de sordidez de la prisión, por donde campan degenerados de toda laya, y donde, por si fuera poco, se disputan enconadas batallas políticas entre apristas y comunistas por un país que se halla a extramuros, despunta, como único recurso para cualquier existencia posible, un lirismo y una nostalgia, que dotan al relato de una vivacidad y de una genuinidad...
Práctica de piano, por George Goodwin Kilburne

El piano viejo

Rómulo Gallegos

"Menuda, feúcha, insignificante, era una de esas personas de quienes nadie se explica por qué ni para qué viven. Ella misma estaba acostumbrada a juzgarse como usurpadora de la vida, parecía hacer todo lo posible para pasar inadvertida: huía de la luz, refugiándose en la penumbra de su alcoba, austera como una celda; hablaba muy poco, como si temiera fatigar el aire con la carga de su voz desapacible, y respiraba furtivamente el poquito de aliento que cabía en su pecho hundido, seco y duro como un yermo..."
Old steam engine on Christmas Eve in Washington

El tren

Santiago Dabove

"En compañía de unos parientes y allegados, enterramos a mi mujer en el cementerio de Flores, y una sencilla cruz de hierro nombra e indica el lugar de su detención invisible. Cuando volvimos a Flores, todavía encontramos el tren que nos acompañara en tan felices y aciagas andanzas. Me despedí en el Once de mis parientes políticos y, pensando en mis pobres chicos huérfanos y en mi esposa difunta, fui como un sonámbulo a la “Compañía de Seguros” donde trabajaba. No encontré el lugar..."
Un alto en el campo, por Prilidiano Pueyrredón

Don Pacho —que en paz descanse— siempre fue un tipo de bien

Óscar Collazos

"Tendido así, inmóvil —piensa Alberto—, el cuerpo cubierto por algo que semeja un hábito religioso, vestido de negro, su cuerpo parece distinto, es casi irreconocible. Mira luego a Efraín, su amigo de infancia, tal vez de la misma edad suya y calcula que tal vez esté pensando las mismas cosas o, por lo menos, algo relacionado con el pasado que ahora los une en esta ceremonia..."
El violinista, por Jan Miense Molenaar

El violinista

Herman Melville

"¡Así que mi poema es nefasto, y la fama inmortal no es para mí! Voy a ser un don nadie por siempre jamás. ¡Intolerable destino!..."
Stream Water, por Paul Schouten

El paréntesis

Rómulo Gallegos

"Cuando Carmen Rosa se halló otra vez sola, se sorprendió de lo que había hecho. Sin duda aquel estallido de cólera se venía preparando en su ánimo desde mucho tiempo. Era la reacción inopinada y violenta de una voluntad apática que había sufrido varias presiones, sin protestar, pero cargándose de rebeldía para dejarla escapar de un golpe..."
Where there's smoke there's fire, por Russell Patterson

Diamante Dick y el primer derecho de la mujer

F. S. Fitzgerald

"Al principio, la cosa era meramente absurda, pero cuando la conversación de Diana empezó a poblarse con los destellos de extrañas frases rococó que ella consideraba parte del dialecto de los bajos fondos, se tornó alarmante. Y pocos años después, ella misma se ocupó de complicarla más al convertirse en una beldad. Una pequeña beldad oscura, con ojos trágicos y rica voz profunda..."
Los lanzallamas, una novela de Roberto Arlt

Los lanzallamas

Roberto Arlt

Tras LOS SIETE LOCOS, Roberto Arlt emprendió una nueva novela con los mismos personajes y la voluntad de complementar aquella. La tituló LOS LANZALLAMAS, y en su prólogo afirmaba que con ella finalizaba LOS SIETE LOCOS. Aunque se trata de novelas independientes, que no precisan una de la otra para una comprensión cabal de ambas, es evidente que conforman de hecho una unidad que refleja, como ningún otro texto, el universo arltiano.
A rural physician giving an elderly woman a tablet

Un médico rural

Franz Kafka

"Miro en torno; nadie lo ha oído; los padres callan, inclinados hacia adelante, esperando mi sentencia; la hermana me ha acercado una silla para que coloque mi maletín de mano. Lo abro, y busco entre mis instrumentos; el joven sigue alargándome las manos, para recordarme su súplica; tomo un par de pinzas, las examino a la luz de la bujía y las deposito nuevamente..."
Canción de la danzarina, un cuento de Colette

Canción de la danzarina

Colette

"Pero desnuda en tus brazos, sujeta a tu lecho por la cinta de fuego del placer, me llamaste, sin embargo, danzarina, al ver agitarse bajo mi piel, desde mi pecho ofrecido a mis pies crispados, la inevitable voluptuosidad..."
Grass. Foto por Alla Hetman en Unsplash

Las islas nuevas

María Luisa Bombal

"Un golpe seco de la puerta y ya las espuelas de Federico suenan alejándose sobre las baldosas del corredor. Yolanda cierra de nuevo los ojos y delicadamente, con infinitas precauciones, se recuesta en las almohadas, sobre el hombro izquierdo, sobre el corazón; se ahoga, suspira y vuelve a caer en inquietos sueños. Sueños de los que, mañana a mañana, se desprende pálida, extenuada, como si se hubiera batido la noche entera con el insomnio..."
Photo by Michel Bocquet on Unsplash

Brember

Dylan Thomas

"Olía a polvo y a madera vieja. Le resultó curioso ser tan sensible a ese olor, y cómo desató su imaginación. Las viejas damas bordando sus encajes a la luz de la luna, sus dedos pálidos y flacos, veloces sobre los brocados, sus mejillas sin edad, pero con el tinte de las mejillas de una niña..."
Photo by Justin Bautista on Unsplash

El milagro del ascensor

Alejo Carpentier

"Fray Domenico empujó una puerta. El olor a incienso y maderas polvorientas le hizo contraer la nariz con fruición. Arrojó su birrete de groom sobre una cama de soldado. Se despojó de su casaca guarnecida de ciento veinte botones de níquel..."
Photo by Glenn Lim on Unsplash

La sonrisa

Max Aub

"Había traicionado a Bai Pu Un hacía tiempo y vencido. En estas condiciones no podía mostrarse generoso. Un mes antes, previendo el final dichoso le envió un emisario. Lo que le mandó decir su todavía rival no es para recordarlo. El empalamiento no era suficiente..."
Los siete locos, una novela de Roberto Arlt

Los siete locos

Roberto Arlt

Roberto Arlt consigue expresar con ironía y furia su disconformidad con un mundo en el que no encaja mediante su alter ego, el protagonista de Los siete locos, Remo Erdosain. Esta paradigmática novela argentina plantea una crítica social y la búsqueda del sentido de la vida por parte de Erdosain. El Rufián melancólico, el Astrólogo y la Coja son algunos de los geniales personajes que rodean a Erdosain y que plantean su cosmovisión y su expectativas para la sociedad. Estos hombres huraños, viciosos, sufridos que conviven en la marginalidad derrochan acidez e inteligencia en sus dichos.
Photo by Riley Bartel on Unsplash

El día que el cerdo se cayó al pozo

John Cheever

"El famoso cerdo había pertenecido a Randy Nudd. Lo ganó en la feria de Lanchester, y lo llevó a casa; tenía intención de hacerle una pocilga, pero Pamela Blaisdell lo telefoneó, y Randy metió al cerdo en el cobertizo de las herramientas y se fue a casa de los Blaisdell en el viejo Cadillac."
Photo by Uriel Soberanes on Unsplash

El gusano

Roberto Bolaño

"La que más veces vi creo que era francesa. Trataba de dos chicas que viven solas en una casa de las afueras. Una era rubia y la otra pelirroja. A la rubia la ha dejado el novio y al mismo tiempo (al mismo tiempo del dolor, quiero decir) tiene problemas de personalidad: cree que se está enamorando de su compañera..."
Puerto de Tallin, por Alexey Bogolybov

El puerto

Vladimir Nabokov

"Al llegar al mar, Nikitin se detuvo para mirar entusiasmado al denso azul que, en la distancia, se mudaba en plata cegadora, y también al juego de luces que delicadamente moteaba la gavia de un yate. Luego, incómodo con el calor, fue en busca de un pequeño restaurante ruso cuya dirección había anotado antes en un tablón de anuncios del consulado."
Photo by Kasper Rasmussen on Unsplash

Fiesta de disfraces

Woody Allen

"Dieron las doce de la noche y empezaron a repartir los premios a los mejores disfraces. El primer premio fue para los Berkowitz, un matrimonio disfrazado de alce. El alce quedó segundo. ¡Eso le sentó fatal! El alce y los Berkowitz cruzaron sus astas en la sala de estar y quedaron todos inconscientes. Yo me dije: Ésta es la mía. Me llevé al alce, lo até sobre el parachoques y salí rápidamente hacia el bosque. Pero…"

El sacerdote y su amor

Yukio Mishima

"En cuanto a su cuerpo, podía decirse que ya no tenía casi carne. Al bañarse se regocijaba viendo cómo sus huesos salientes estaban precariamente cubiertos por carne marchita. Habiendo su cuerpo alcanzado ese estado, podía avenirse a él como si perteneciera a otra persona. Un cuerpo en tales condiciones parecía estar más calificado para ser nutrido por la Tierra Pura que por alimentos y bebidas terrestres."

Lejana

Julio Cortázar

"A veces sé que tiene frío, que sufre, que le pegan. Puedo solamente odiarla tanto, aborrecer las manos que la tiran al suelo y también a ella, a ella todavía más porque le pegan, porque soy yo y le pegan. Ah, no me desespera tanto cuando estoy durmiendo o corto un vestido o son las horas de recibo de mamá y yo sirvo el té a la señora de Regules o al chico de los Rivas."

Cuarzo

Ciro Alegría

"Fabián llevaba también ese regalo para su pequeño: cuarzo, luz de piedra. No era lo único. En una esquina del pañuelo tenía amarrados quinientos soles, sólo algunos de metal firme, a la verdad, pero los billetes valían en las tiendas del pueblo. Su mujer tenía vista una falda de percal floreado. Él andaba aficionado de una cuchilla. El pequeño quería una sonaja. Justo el domingo próximo irían al pueblo."

Esta mañana

Mario Benedetti

"Quién sabe hasta dónde puede, podría obstinarse el pudor. Subsiste, pese al retroceso de los pensamientos, pese al estancamiento o la deformación de la vergüenza. El pudor tira hacia sí, porque es una especie de raíz de la raíz. Acaso, finalmente, el único camino hacia el altruismo."