¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?
Raymond Carver
En ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?, su primer libro de relatos, que escribió y reescribió a lo largo de quince años y que le supuso la consagración inmediata, Raymond Carver renovó la forma del relato breve hasta darle proporciones de haiku y sin que esta utilización radical de la elipsis le haga perder ninguna fuerza. Todo lo contrario, los relatos de Carver poseen, quizá precisamente por su mismo carácter fragmentario, una inesperada capacidad de provocar una impresión fortísima, una indeleble conmoción.
La vida por la opinión
Francisco Ayala
Esto no son cuentos. Ocurre que, por su carácter vehemente, o quizá por falta de experiencia cívica, los españoles han propendido siempre a tomar la política demasiado a pechos. La última guerra civil los dejó deshechos, orgullosísimos, y con la incómoda sensación de haber sufrido una burla sangrienta...
La fiesta de las balas
Martín Luis Guzmán
Atento a cuanto se decía de Villa y el villismo, y a cuanto veía a mi alrededor, a menudo me preguntaba yo en Ciudad Juárez qué hazañas serían las que pintaban más a fondo la División del Norte: si las que se suponían estrictamente históricas, o las que se calificaban de legendarias; si las que se contaban como algo visto dentro de la más escueta realidad, o las que traían ya tangibles, con el toque de la exaltación poética, las revelaciones esenciales...
Una belleza rusa
Vladimir Nabokov
En esta colección de trece cuentos Nabokov nos habla con ternura e ironía de una generación de exiliados. Algunos son emigrados rusos residentes en París o en Berlín, donde intentan reconstruir sus vidas a partir de fragmentos de realidad, belleza y honores recordados. Otros son simplemente hombres y mujeres a la deriva en un mundo extraño donde han desaparecido los valores que una vez rigieron su existencia.
La aventura del padre Vicentio
Bret Harte
Una víspera de Año Nuevo, hace unos cuarenta años, el padre Vicentio, que venía de la Misión Dolores, seguía lentamente su camino a través de las arenosas colinas. Cuando trepaba por la cresta más elevada, cerca de la Misión Creek...
El don Juan
Benito Pérez Galdós
«Esta no se me escapa: no se me escapa, aunque se opongan a mi triunfo todas las potencias infernales», dije yo siguiéndola a algunos pasos de distancia, sin apartar de ella los ojos, sin cuidarme de su acompañante, sin pensar en los peligros que aquella aventura ofrecía...
Oficio de tinieblas
Alejo Carpentier
El año cobraba un mal aspecto. Muy pocos se daban cuenta de ello, pero la ciudad no era la misma. No estaba demostrado que los objetos pintaran en los pisos un cabal equivalente en sombras. Más aún: las sombras tenían una evidente propensión a quererse desprender de las cosas, como si las cosas tuvieran mala sombra...
Acuérdate
Juan Rulfo
Acuérdate de Urbano Gómez, hijo de don Urbano, nieto de Dimas, aquél que dirigía las pastorelas y que murió recitando el “rezonga ángel maldito” cuando la época de la gripe. De esto hace ya años, quizá quince. Pero te debes acordar de él...
El niño de junto al cielo
Enrique Congrains
Por alguna desconocida razón, Esteban había llegado al lugar exacto, precisamente al único lugar… Pero ¿no sería, más bien, que “aquello” había venido hacia él? Bajó la vista y volvió a mirar. Sí, ahí seguía el billete anaranjado, junto a sus pies, junto a su vida...
Cristina, hija de Lavrans
Sigrid Undset
Obra cumbre de la escritora noruega Sigrid Undset (1882-1949), Cristina, hija de Lavrans está considerada la mejor novela histórica del siglo XX. Premio Nobel de Literatura 1928. Narra la vida de Cristina, una joven inmersa en un mundo de pasiones y desesperanzas. Ambientada en la Noruega del siglo XIV, la obra recoge a tra vés de un variado elenco de personajes un paisaje donde la fe aún convive con los restos de las costumbre paganas. Este libro recoge las tres partes de las que se compone la novela y que fueron editadas originalmente en forma separada: 1. La Corona 2. La Mujer 3. La Cruz
Punin y Baburin
Iván Turguénev
Esta novela es una de sus obras maestras y es también uno de sus textos más autobiográficos, ya que se basa en su cruel madre y en su abuso de los cinco mil campesinos que poseía. Ella tenía un poder absoluto sobre ellos y, cuando se disgustaba, les infligía severos castigos, incluso flagelándolos hasta la muerte. Algunos críticos han teorizado sobre si las historias de Turguénev no eran en realidad instrumentos para liberar a los siervos, pues consiguen poner luz en las tinieblas de su tiempo.
Los perezosos
Charles Dickens, Wilkie Collins
En 1857, Charles Dickens y Wilkie Collins se pusieron a escribir una historia a cuatro manos. El resultado fue esta divertida novela protagonizada por dos profesionales del ocio, dos amigos cuya holgazanería constituye un paradójico acto de rebeldía en una Inglaterra victoriana que ensalzaba la diligencia y la productividad como virtudes rectoras. Como el Bartleby de Herman Melville, el dúo cómico formado por Thomas Idle y Francis Goodchild preferiría no hacer nada, o al menos nada que comporte un esfuerzo demasiado oneroso. Aun así, hilarantes aunque modestas aventuras les salen al paso en sus viajes por los pueblos de Inglaterra. La ascensión de una montaña, un día en las carreras de caballos, un partido de críquet, un trayecto en ferrocarril o la visita a un balneario; hasta la actividad más anodina puede propiciar el encuentro con personajes pintorescos y situaciones disparatadas que acabarán por reafirmar a Thomas Idle en su resolución de «no volver a ser activo nunca más, bajo ningún pretexto y por todo el tiempo que le quedara…
Resaca
Guillermo Cabrera Infante
Llegaron de detrás del dagame, proyectados de pronto contra la copa del árbol, extenuados, con el sol del mediodía encarnizado sobre sus cabezas pajizas y el polvo también pajizo ascendiendo desde la loma hasta diluirse en el aire, más allá de ellos. Eran dos...
Tandy
Sherwood Anderson
¿Qué harías si un desconocido te pusiera un nombre y te dijera que debes ser una persona especial? Eso le ocurre a Tandy, una niña que vive con su padre agnóstico en un pueblo aislado. El nombre y las palabras del forastero la acompañarán toda su vida, mientras intenta encontrar su lugar y su propósito en un mundo que parece no tener sentido. Tandy es uno de los cuentos más conmovedores de Sherwood Anderson, el maestro del relato breve americano. Un cuento que explora los temas de la soledad, la fe y el destino con una prosa sencilla y profunda.
El hombre
Juan Rulfo
"Los pies del hombre se hundieron en la arena dejando una huella sin forma, como si fuera la pezuña de algún animal. Treparon sobre las piedras, engarruñándose al sentir la inclinación de la subida; luego caminaron hacia arriba, buscando el horizonte..."
Balada de plomo y yerro
Guillermo Cabrera Infante
"El Buick, negro, acortó la marcha y rodó una o dos cuadras más, hasta parquear sin ruido bajo un laurel que ocultaba el farol de la esquina y su luz..."
El encuentro
Jesús Díaz
"—Chino —te grito—. ¡Chino! ¿No me oyes? ¿No quieres oírme? Eso ya no te lo grito, sólo te lo pienso. No te lo grito porque sé —desde hace un rato— que no quieres oírme. Lo sé desde que me gritaste..."
Los pazos de Ulloa
Emilia Pardo Bazán
La acción está ambientada en Ulloa, agreste región de Galicia, alrededor de 1866. El joven y recién ordenado sacerdote Julián Álvarez llega como capellán al poblado de Los Pazos, donde se levanta el castillo perteneciente a don Pedro Moscoso, de 30 años de edad, hombre licencioso, frívolo y desaprensivo, que ilegítimamente ostenta el título de marqués de Ulloa. En Los Pazos reina el más completo desorden y abandono. Los aldeanos roban impunemente al marquesado todo cuanto pueden. Quien verdaderamente manda y administra el solar es Primitivo, astuto labriego a las órdenes de don Pedro, que no ve con buenos ojos la llegada de Julián. La hermosa Isabel, hija de Primitivo, es la amante de don Pedro (y de cualquier campesino de los alrededores que la solicite), relación propiciada por su propio padre para tener así mayor dominio sobre el amo. De estos amores ilícitos ha nacido un niño, Perucho, de quien nadie se ocupa y por ello crece salvaje, sucio y solo. El sacerdote desaprueba tanto saqueo y libertinaje.
Laguna
Manuel Rojas
De aquella época de mi vida, ningún recuerdo se destaca tan nítidamente en mi memoria y con tantos relieves como el de aquel hombre que encontré en mis correrías por el mundo, mientras hacía mi aprendizaje de hombre...
Las puertas se abren a las tres
Guillermo Cabrera Infante
Arriba el sol era un hueco en el cielo por donde entraba el mediodía: el amarillo amarillo de los edificios pintados de amarillo y el blanco quemante de las aceras y el malva del asfalto y el negro de la pelambre de los gatos que dormían en los tejados y el azul de las niñas de los ojos de las niñas de azul...
Adiós, hermano mío
John Cheever
La nuestra es una familia que siempre ha estado muy unida espiritualmente. Nuestro padre se ahogó por accidente navegando a vela cuando éramos muy jóvenes, y nuestra madre siempre ha insistido en el hecho de que nuestras relaciones familiares poseen una estabilidad que nunca volveremos a encontrar...
El viejo señor obispo
Augusto Roa Bastos
"El viento de ese frío anochecer de julio ululaba en el agujero del techo de la sala donde faltaban varias tejas. La señorita Teresa no pudo percibir otro sonido. Pensó que su hermano dormía profundamente. Pero el otro pensamiento que sentía en el corazón como una puntada volvió a hacerle bajar los párpados. «Somos un grano de polvo en el dorso de tu mano, Dios mío…»"
La conversión de los judíos
Philip Roth
—Te las pintas solo para ser el primero en abrir esa bocaza —dijo Itzie—. ¿Por qué te pasas el tiempo abriendo esa bocaza? —No fui yo quien sacó el tema —dijo Ozzie. De veras que no. —¿Y a ti qué te viene ni te va Jesucristo, ya que estamos?...
La breve vida feliz de Francis Macomber
Ernest Hemingway
"Al caer la tarde Wilson y Macomber salieron en el vehículo con el conductor nativo y dos porteadores de armas. La señora Macomber se quedó en el campamento. Hacía demasiado calor para salir, dijo, ya los acompañaría por la mañana temprano..."
El filo de la navaja
W. Somerset Maugham
Esta novela es la historia de un personaje que busca el sentido de la vida. Norteamericano de buena familia, el joven Laurence Darrell, Larry, ha participado como aviador en la Primera Guerra Mundial. Tiene novia y un futuro prometedor, pero decide tomarse un tiempo de reflexión y embarcarse en un viaje abierto al encuentro de culturas y espiritualidades diferentes, que le llevará desde el París de los años veinte, el de Picasso y Hemingway, a España, Grecia y otras geografías, hasta recalar en la India, donde cree encontrar las claves de una vida mejor.
Es que somos muy pobres
Juan Rulfo
"El río comenzó a crecer hace tres noches, a eso de la madrugada. Yo estaba muy dormido y, sin embargo, el estruendo que traía el río al arrastrarse me hizo despertar en seguida y pegar el brinco de la cama con mi cobija en la mano, como si hubiera creído que se estaba derrumbando el techo de mi casa..."
Siempre hay caminos
Ciro Alegría
Siempre hay caminos es, sin duda, una de las novelas cortas de Ciro Alegría mejor logradas, gracias a la simbiosis de cosmovisión, paisaje y psicología del hombre de tierra adentro, identificado con su soledad, su sentido de lo mágico y lo mítico. Su nudo argumental es un triángulo amoroso formado por campesinos de la sierra norte del Perú: el aventurero Candelario, su burda y conflictiva conviviente Micaela, y una desconocida que llega un día y se queda en la casa, sin revelar su origen y que apenas dice llamarse Eulalia Díaz…
Roma
Émile Zola
Esta novela de la serie «Las tres ciudades» («Lourdes, Roma, París») publicada en 1896, es un testimonio original e incomparable de la Italia de finales del XIX. Zola se sirve del protagonista, Pierre Froment, para mostrarnos las múltiples facetas de Roma, ciudad del arte, laberinto de intrigas, de odios y de ambiciones de toda índole, mundo en el que impera lo venal y la pompa, habitado desde hace siglos por dos sociedades que conviven juntas, el mundo blanco y el mundo negro. Zola utilizó para documentarse el diario de su estancia en Roma en 1894, unos cuatrocientos folios de anotaciones recogidas día a día, y las más de mil páginas de apuntes sobre la ciudad, extraídas de unos trescientos volúmenes sobre Italia y el Papado. Todo ello otorga a la novela un sello de innegable autenticidad.
Fortunata y Jacinta
Benito Pérez Galdós
Toda la estructura social, política y humana de la época en la que transcurre la novela –desde 1869 a 1876, lo que abarca la mayor parte del Sexenio Revolucionario y los primeros tiempos de la restauración monárquica– constituye la base de Fortunata y Jacinta. Agudo análisis de una doble historia de amor y de desamor, en que pueblo y burguesía, hombres y mujeres, entretejen sus vidas y sus muertes.
Biografía de Tadeo Isidoro Cruz
Jorge Luis Borges
"El seis de febrero de 1829, los montoneros que, hostigados ya por Lavalle, marchaban desde el Sur para incorporarse a las divisiones de López, hicieron alto en una estancia cuyo nombre ignoraban, a tres o cuatro leguas del Pergamino; hacia el alba, uno de los hombres tuvo una pesadilla tenaz: en la penumbra del galpón, el confuso grito despertó a la mujer que dormía con él..."