Realismo

El marido rural

John Cheever

"Y así fue. Nada sucedió. Cuando estuvo claro que el avión no se quemaría ni estallaría, la tripulación y la azafata reunieron a los pasajeros y los hicieron refugiarse en un granero. No estaban lejos de Filadelfia, y al cabo de un rato una hilera de taxis los llevó a la ciudad."

La tormenta

Kate Chopin

"La lluvia golpeaba sobre el bajo tejado de pizarra con tal fuerza y repiqueteo que amenazaba con abrir una brecha e inundarlos allí mismo. Estaban en el comedor -la sala de estar- el sitio de todo uso. Colindante se hallaba su dormitorio, con el lecho de Bibi junto al suyo. La puerta estaba abierta y la habitación con su monumental cama blanca, sus contraventanas cerradas, tenía una apariencia oscura y misteriosa."

Boroña

Leopoldo Alas (Clarín)

"«¡Comer boroña otra vez! ¡Comer boroña en Prendes, junto al llar, en la cocina de casa!» ¡Qué dicha representaba aquellos bocados ideales que se prometía! Significaba el poder comer boroña la salud recuperada, las fuerzas devueltas al miserable cuerpo, el estómago restaurado, el hígado en su sitio, la alegría de vivir, de respirar las brisas de su colina amada y de su bosque de la Voz."
Libros. Foto por Joanna Kosinska en Unsplash

Buenas esperanzas

Tommaso Landolfi

¿Qué harías si tuvieras que viajar a una redacción para cobrar por tu trabajo y te dijeran que no pueden pagarte hasta que llegue una carta misteriosa? Eso es lo que le ocurre al protagonista de este relato, que se enfrenta a la indiferencia y la burocracia de un mundo que no valora su talento.

Un artista del hambre

Franz Kafka

"Aparte de los espectadores que sin cesar se renovaban, había allí vigilantes permanentes, designados por el público (los cuales, y no deja de ser curioso, solían ser carniceros); siempre debían estar tres al mismo tiempo, y tenían la misión de observar día y noche al ayunador para evitar que, por cualquier recóndito método, pudiera tomar alimento"

Agua de frambuesas

Iván Turguénev

"En un par de ocasiones había pernoctado en la cabaña de este jardinero, y en ambas había obtenido de él unos pepinos que, el Señor sabrá por qué, hasta en lo más caluroso del verano poseían un tamaño asombroso, un sabor desagradable y aguado, y cortezas gruesas y amarillas."

La muerta

Carmen Laforet

"Había sentido a su muerta. La había sentido, allí, en el calado corredor de la casa, en el rayo de sol que por el ventanuco se colaba hasta los ladrillos rojos que pavimentaban el pasillo."

Coronel Starbottle por el demandante

Bret Harte

"Si antes el coronel se había sorprendido, ahora se hallaba positivamente estupefacto, y disgustado por añadidura, en tal forma que necesitó de toda su habilidad para ocultar su estado de ánimo. Sentía aversión especial por los casos de violación de promesa de casamiento."

Malintzin de las maquilas

Carlos Fuentes

"Son las cinco de la mañana y ella tiene que estar en la fábrica a las siete. Se ha retrasado. La retrasó anoche el amor con Rolando, ir con él del otro lado del río a El Paso Texas y regresar tarde, sola y tiritando por el puente internacional a su casita de una sola pieza con retrete en la colonia Bellavista de Ciudad Juárez."

Modelos de mujer

Almudena Grandes

Como insinúa el propio título, Modelos de mujer, estos siete relatos están todos protagonizados por mujeres que, en distintas edades y circunstancias, se enfrentan todas ellas, en algún momento, a hechos extraordinarios. Todos, menos el que da título al libro, están de un modo u otro ligados a la infancia, a la capacidad de desear como motor de la voluntad, de los actos de voluntad que las protagonistas deberán asumir para impedir que la vida las avasalle. En los tres primeros cuentos —Los ojos rotos, Malena, una vida hervida y Bárbara contra la muerte—, los personajes femeninos vencen, cada uno a su manera, a la muerte: la pequeña Miguela, la mujer mongólica que se enamora de un fantasma; Malena, que se pasa la vida haciendo régimen por amor; y Bárbara, que acompaña a su abuelo a pescar. En los cuatro últimos —El vocabulario de los balcones, Amor de madre, Modelos de mujer y La buena hija—, las protagonistas tuercen el destino a su favor recurriendo unas al poder de seducción…

Una vez en otoño

Máximo Gorki

"Chapoteando con los pies por la arena húmeda, y escudriñando con el deseo de descubrir en ella restos de sustancias alimenticias del tipo que fuera, vagaba solo entre las casas vacías y los puestos, y pensaba en lo bueno que sería estar saciado…"

Los vagabundos

Máximo Gorki

Entre 1895 y 1899, Gorki escribió relatos y novelas cortas donde recogía su propia experiencia personal como vagabundo por la gélida Rusia, arrastrando una vida miserable y trabajando ocasionalmente para conseguir un mendrugo de pan con el que engañar al hambre y un harapo para burlar el frío. Las historias de vagabundos, a los que describe como seres libres que se oponen individualmente a las enormes diferencias de clases de las sociedad rusa, le fueron llevando desde el realismo hacia un romanticismo reivindicativo que marcaría en el futuro su literatura y le llevaría a apoyar abiertamente la revolución de 1917. Sara Gutiérez ha seleccionado y traducido seis de las piezas más brillantes dedicadas por Gorki a los vagabundos, algunas de ellas inéditas en español y otras que dejaron de editarse hace años.

Nuevo retablo de Don Cristobita

Camilo José Cela

Con el título de Nuevo retablo de don Cristobita. Camilo José Cela nos ofrece el más original, atractivo y brillante conjunto de cuentos de nuestros días. Estas invenciones, figuraciones y alucinaciones son páginas inimitables del magistral escritor. Con su personalísimo estilo, nos transmite una original visión en la que el colorido de sus descripciones, el crudo retrato de sus personajes y la atrayente concepción general de la obra, conducirán al lector por caminos y senderos totalmente nuevos y atrayentes.

El acoso

Alejo Carpentier

"…ese latido, que me abre a codazos; ese vientre en borbollones, ese corazón que se me suspende, arriba, traspasándome con una aguja fría; golpes sordos que me suben del centro y descargan en las sienes, en los brazos, en los muslos; aspiro a espasmos..."

El ladrón de Shady Hill

John Cheever

"Tenía muchos amigos, pero aunque mi vida dependiera de ello no podría pedirle a un hombre que me invitara a una copa y darle un sablazo de quinientos billetes; y yo necesitaba más. Lo peor de todo es que no había descrito la situación a mi mujer de una forma adecuada..."

Al colegio

Carmen Laforet

Vamos cogidas de la mano en la mañana. Hace fresco, el aire está sucio de niebla. Las calles están húmedas. Es muy temprano. Yo me he quitado el guante para sentir la mano de la niña en mi mano, y me es infinitamente tierno este contacto, tan agradable, tan amical, que la estrecho un poquito emocionada...

Canción de amor no correspondido

John Cheever

Después de haber tratado a Joan Harris en Nueva York durante algunos años, Jack Lorey empezó a pensar en ella como en la Viuda. Joan siempre vestía de negro, y, por un peculiar desorden en su apartamento, Jack tenía siempre la impresión de que los empleados de la funeraria acababan de marcharse...

Cuentos de invierno

Isak Dinesen

Isak Dinesen pertenece a una antiquísima tradición narrativa en la que un relato contiene a otro como si se tratase de cajas chinas, y su escritura ejerce sobre el lector pura fascinación y sorpresa. En el universo de la autora, el encanto mágico de los cuentos de hadas y la resonancia moral de los mitos coexisten con el conmovedor retrato de las fortalezas y debilidades humanas. Un escritor desesperado abandona a su mujer, pero en el transcurso de una noche vagando, comprende el verdadero valor del amor y vuelve a ella, solo para encontrar una mujer diferente a la que dejó. Un terrateniente, tratando de demostrar un principio, expone inadvertidamente la ferocidad del amor materno. Un joven y rico viajante derrite la altanería de una encantadora mujer disfrazándose de su viejo y leal sirviente…

Putas asesinas

Roberto Bolaño

En «Últimos atardeceres en la tierra» se narra un viaje a Acapulco que se convierte paulatinamente en un descenso a los infiernos. En «Dentista» se cuenta la historia de un adolescente misterioso y dos adultos, ya de vuelta de todo, que lo observan desde un precipicio. En «Buba» se cuenta una historia de fútbol en tres partes: la de un futbolista sudamericano, la de un futbolista africano y la de uno español, y la sorprendente historia de su equipo, que bien podría ser el Barcelona. En «Carnet de baile» se dan 69 razones para no bailar con Pablo Neruda. En «Prefiguración de Lalo Cura», por el contrario, nos sumerge en una historia de narcotraficantes y directores de cine porno, y «Fotos» nos trae una vez más a Arturo Belano, el protagonista de Los detectives salvajes.

En el gran ecbó

Guillermo Cabrera Infante

LLOVÍA. La lluvia caía con estrépito por entre las columnas viejas y carcomidas. Estaban sentados y él miraba al mantel. —¿Qué van a comer? —preguntó el camarero...

Delito por bailar el chachachá

Guillermo Cabrera Infante

«Los tres cuentos de este libro están hechos de recuerdos. Dos ocurren en el apogeo del bolero, el tercero después de la caída en el abismo histórico. El tiempo es por supuesto diverso, pero el espacio, la geografía (o si se quiere, la topografía: todos los caminos conducen al amor) es la misma. Los personajes son intercambiables, pero en el tercer cuento el hombre es mas decisivo que la mujer en la única narración en primera persona, que no lo parece. A pesar de que sus reflexiones —mirándose vivir en un espejo dialéctico— son todas literarias o referidas a un solo libro. La ciudad es siempre la misma. ¿Tengo que decir que se llama La Habana?» Guillermo Cabrera Infante

La marea es puntual

Siegfried Lenz

Primero apareció el marido. Lo vio salir, solo, de la casa baja techada de caña detrás del dique, el gigante de rostro triste. Llevaba sus altas botas impermeables de siempre y la chaqueta gruesa con el cuello de piel. Desde la ventana observó cómo se lo subía...

Navidad en los Andes

Ciro Alegría

Marcabal Grande, hacienda de mi familia, queda en una de las postreras estribaciones de los Andes, lindando con el río Marañón. Compónenla cerros enhiestos y valles profundos. Las frías alturas azulean de rocas desnudas. Las faldas y llanadas propicias verdean de sembríos, donde hay gente que labre, pues lo demás es soledad de naturaleza silvestre...

Cabeza rapada

Jesús Fernández Santos

Era un viento templado. Las hojas volaban llenando la calzada, remontándose hasta caer de nuevo desde las copas de los árboles. Su cabeza rapada al cero, aparecía oscura del sudor y el sol, como las piernas con sus largos pantalones de pana. No había cumplido los diez años; era un chico pequeño...

Un destripador de antaño

Emilia Pardo Bazán

"Un destripador de antaño" es una novela escrita por Emilia Pardo Bazán y publicada en 1913. La trama se desarrolla en la ciudad de Madrid en la que una serie de asesinatos sacuden a los barrios más pobres de la ciudad. El inspector Cárdenas es el encargado de investigar los crímenes y se enfrenta a una lucha por resolver el caso, mientras lucha contra su propia salud física y emocional. La novela es una crítica social de la época en la que fue escrita, abordando temas como la desigualdad social, la pobreza y la marginación. Además, Pardo Bazán utiliza la novela para explorar temas como la justicia, la moralidad y la ley. A lo largo de la historia, el inspector Cárdenas lucha por hacer justicia mientras se enfrenta a la corrupción y la falta de voluntad por parte de los poderosos de la ciudad. Pardo Bazán es una de las figuras más importantes de la literatura española del siglo XIX y principios del XX. Sus obras están profundamente comprometidas con…

La noche que lo dejaron solo

Juan Rulfo

-¿Por qué van tan despacio? -les preguntó Feliciano Ruelas a los de adelante-. Así acabaremos por dormirnos. ¿Acaso no les urge llegar pronto? -Llegaremos mañana amaneciendo -le contestaron...
El joven Arquímedes - Aldous Huxley - Drama

El joven Arquímedes

Aldous Huxley

Aldous Huxley (1894-1963) no es sólo el singularísimo autor de Viejo muere el cisne, creador de una nueva fórmula novelesca; es también, en cuanto narrador, y aparte de sus ensayos, biografías y libros de viaje, un admirable cuentista. Ducho en todas las dimensiones de la ficción, se mueve con pareja maestría tanto en los espacios abiertos de la gran novela como en los más exiguos de la nouvelle. Acierta del mismo modo al presentar una acción fraccionada, vista en cortes transversales, yendo y viniendo a través del tiempo, como en «El joven Arquímedes», y otros tres apasionantes relatos, de ritmo seguido y progresión continua.
Las inseparables - Simone de Beauvoir

Las inseparables

Simone de Beauvoir

Escrita en 1954, cinco años después de la publicación de El segundo sexo, Las inseparables narra la amistad apasionada que une a Sylvie y a Andrée -alter ego de la propia Simone de Beauvoir y de Élisabeth Lacoin (Zaza)- desde que con nueve años se conocen en la escuela. Andrée es alegre, inteligente y atrevida, y Sylvie, una niña formal que se siente irremediablemente atraída por su personalidad arrolladora. Juntas aprenderán a librarse de las convenciones y las expectativas asfixiantes de su entorno, ignorantes del trágico precio que tienen la libertad y la ambición intelectual y existencial. Una historia catártica para la autora, tal vez demasiado reveladora para publicarla en vida, cuya recuperación -junto con algunas fotografías y cartas que sirven de testimonio- constituye un acontecimiento literario.
Cuentos judíos - Leopold von Sacher-Masoch - Relatos

Cuentos judíos

Leopold von Sacher-Masoch

Los Cuentos judíos de Leopold von Sacher-Masoch muestran la simpatía que el autor sentía por el pueblo judío y su solidaridad ante la persecución de que era objeto. Ambientados en casi todos los países europeos, en especial la región polaca de Galitzia, estos cuentos amables reflejan con nostalgia el mundo perdido de las idílicas comunidades rurales judías —y también algunas urbanas— que el industrialismo de la segunda mitad del siglo XIX había destruido.
Cuentos románticos - Justo Sierra

Cuentos románticos

Justo Sierra

Los Cuentos románticos de Justo Sierra abren una nueva época literaria en México. «Justo pensó, habló y escribió como no escribían, ni hablaban, ni pensaban sus contemporáneos» —dice Hilarión Frías y Soto, quien lo conoció en El Renacimiento. Sin embargo, los cuentos no se editaron en libro hasta 1896, cuando aceptó recuperarlos de revistas y folletines para formar el volumen que tituló, entre nostálgico e irónico, Cuentos románticos. Y «en verdad —dice Raymundo Ramos en el prólogo de esta edición—, los cuentos de Sierra no sólo son románticos sino deliberadamente románticos», y por eso mismo también es posible hallar en ellos la huella de la prosa modernista (por él inaugurada), y una maestría de temas, de frases, de astucia narrativa, excepcional en su época y en su medio. (Esta edición de los Cuentos románticos de Justo Sierra busca asentar el recuerdo de que en 1998 se cumplieron 150 años del nacimiento de un gran humanista, de uno de los grandes maestros de México y América, y del fundador de la…