Relatos

Demasiado caro

León Tolstói

"Una vez, hace cosa de cinco años, hubo un crimen en el reino. El pueblo de Mónaco es pacífico; y nunca había allí sucedido tal cosa. Se reunieron los jueces para juzgar al asesino. En el tribunal había jueces, fiscales, abogados y jurados..."

Cuento blanco

Manuel Díaz Rodríguez

La abuela estaba muy pálida y triste. Una fiebre sorda minaba su vida y hacía brillar extrañamente sus ojos bajo los cabellos albos. Reclinada en el cómodo sillón de respaldo muelle, veía hacia el patio lleno de luz, por donde se desparramaba en risas, charlas y juegos locos la fresca alegría de los nietos. Algunos

El alma de la máquina

Baldomero Lillo

"De pronto un silbido ensordecedor llena el espacio. Los tumbadores sueltan las carretillas y se yerguen briosos. La tarea del día ha terminado. De las distintas secciones anexas a la mina salen los obreros en confuso tropel. En su prisa por abandonar los talleres se chocan y se estrujan, más no se levanta una voz de queja o de protesta: los rostros están radiantes..."

El loco de los relojes

José Echegaray

"En sus últimos días de libertad le dio por los relojes, y los paraba todos. Cuando veía un reloj andando (naturalmente, en la forma que andan los relojes), se ponía furioso. Quiso matar a su criado porque había dado cuerda al reloj del gabinete, llamando al fámulo a voz en grito asesino, traidor, endemoniado. Intervino el juez; intervinieron los médicos..."

Los hijos de la noche

Robert E. Howard

"Recuerdo que éramos seis los que estábamos en el extravagantemente decorado estudio de Conrad, con sus raras reliquias de todo el mundo y sus largas hileras de libros que abarcaban desde la edición de Mandrake Press de Boccaccio hasta un Missale Romanum, encuadernado con broches de madera de roble e impreso en Venecia, en 1740..."

La historia de O-Tei

Lafcadio Hearn

"Nagao-Sama pensó mucho acerca de las extrañas cosas que le había dicho O-Tei pocos momentos antes de morir. Y con la esperanza de agradar a su espíritu escribió una solemne promesa de casarse con ella si volvía a encontrarla en otro cuerpo. Este juramento lo selló con su propio sello y lo colocó en la urna, delante de la lápida mortuoria de O-Tei..."

El círculo

Óscar Cerruto

"En el pequeño espacio de tiempo que medió entre el ademán de alzar la mano y tocar la puerta, cruzó por su cerebro el recuerdo entero de la mujer a quien venía a buscar, su vida con ella, su felicidad, truncada brutalmente por la partida sin anuncio..."

Seguir de pobres

Ignacio Aldecoa

"Cinco hombres solos. Cinco que forman un puño de trabajo. Dos del noroeste: Zito Moraña y Amadeo, el buen Amadeo, al que le salen las barbas en el dorso de las manos, que se afeita con una hoz. Dos de la Castilla verde: San Juan y Conejo..."

Inmortalidad

Yasunari Kawabata

"Caminaban por el césped. Un alambrado se cruzaba en su marcha. Los amantes no parecieron notar que, de continuar avanzando, quedarían atrapados en él. No se detuvieron; en cambio, lo atravesaron como una brisa primaveral..."

Atiguibas

Julio Ramón Ribeyro

"Un detalle para completar el ambiente de las tribunas populares de entonces: la de “segunda”, a la que íbamos mi hermano y yo, era de cemento hasta las diez primeras gradas y de madera hasta la parte más alta. No había en ellas baños ni retretes..."

El rabo de la gran mona

Antonio Benítez Rojo

"…looks unconfortable, habla de ti, dice que te ves molesto, ¿No hablará del turco?, pregúntale, maybe you’re talking about the turkish guy, the gentleman that just went to the toilet?, el turco que fue al toilet, eso lo entiendo, is that gentleman turkish?, ¿qué dice?, que si el turco es turco, ¿no hablará del pavo?…"
Poesía: Foto por Aaron Burden en Unsplash

Cien años de aire

Pedro Gómez Valderrama

"Recuerdo haber soñado una vez con una playa, en donde yacía el cadáver de un hombre joven, sonriente, en torno al cual danzaban unas jóvenes, casi adolescentes. La clave del sueño estaba en la sonrisa, que atestiguaba que el hombre no estaba muerto..."

A través del muro

Virgilio Díaz Grullón

"La sensación de la realidad circundante le sacude bruscamente, como un escalofrío: Ahora no estoy en el agua sino en la tierra. Mi tierra. La que he venido a liberar… «Tenemos que limpiar nuestra tierra», había dicho el instructor en el lejano campo de adiestramiento, siguiendo su costumbre de mezclar frases altisonantes con la instrucción militar. «Hay que ir allá y limpiarle la cara sucia»…"

Cobardía

Joris-Karl Huysmans

"¡Oh! seré firme, la reprenderé enérgicamente; además, hay que acabar con esto, se está riendo de mí desde hace mucho tiempo; ¡qué demonios, ya no tengo dieciocho años! No es mi primera amante; ¡después de ella vendrá otra! ¿Se enfadará?..."

Carcasona

William Faulkner

"Estaba tendido bajo una tira sin desenrollar de papel encerado, del que se emplea para reforzar los techos. Estaba tendido todo él, claro está, salvo esa parte que no padecía las injurias de los insectos ni de la temperatura, y que galopaba sin descanso a lomos del caballito sin destino, subiendo por una loma de plata apilada en los cúmulos, en la que los cascos no dejaban eco ni huella, hacia el precipicio azul que no alcanzaría nunca..."

Alexandre

Guy de Maupassant

"Aquel día, como todos, a las cuatro, condujo Alexandre hasta la puerta de la casita del matrimonio Maramballe la silla de minusválido de tres ruedas en la que paseaba hasta las seis, por prescripción facultativa, a su anciana e inválida patrona..."

Abril, en Río, en 1970

Rubem Fonseca

"Nely vivía en un departamento de dos ambientes en la playa de Botafogo, con una compañera que sabía de nuestro asunto, una chica medio jorobada que se llamaba Margarida, muy buenita; cuando yo iba a dormir con la Nely, ella se iba a dormir al living, se acostaba en el sofá y fingía no oír los gemidos que provenían del dormitorio..."

Camino real

Juan Bosch

"En estas acogedoras tierras, nuestros dos hombres hacen amistad muy pronto, porque nadie desconfía de los demás. Una persona puede ser mala en el Este y buena en el Sur; puede haber muerto otra en la Frontera y salvar una vida en el Cibao..."

El marica

Abelardo Castillo

"O a lo mejor no eran tus manos, a lo mejor era todo, tus manos y tus gestos y tu manera de moverte, de hablar. Yo ahora pienso que en el fondo a ninguno de nosotros le importaba mucho, y alguna vez lo dije, dije que esas cosas no significan nada, que son cuestiones de educación, de andar siempre entre mujeres, entre curas..."

Alta cocina

Amparo Dávila

"Recuerdo la sombría cocina y la olla donde los cocinaban, preparada y curtida por un viejo cocinero francés; la cuchara de madera muy oscurecida por el uso y a la cocinera, gorda, despiadada, implacable ante el dolor..."