Cuentos de Kipling

El juicio de Dungara

Rudyard Kipling

"¿Conocéis la vida de una de estas misiones excéntricas? Haced un esfuerzo con la imaginación para representaron una soledad más grande que la de esas estaciones de ínfimo orden a dónde os ha enviado el Gobierno..."

El hombre que pudo ser rey

Rudyard Kipling

"Todo empezó a bordo de un tren que partió de Ajmir camino de Mhow. Se había producido un déficit presupuestario que me exigía viajar, no ya en segunda clase, que es la mitad de buena que la primera, sino en clase intermedia, que es en verdad pésima"

El barco que se encontró a sí mismo

Rudyard Kipling

"Era su primer viaje, y aunque solo se trataba de un vapor de carga de mil doscientas toneladas, era el mejor de los de su tipo, el resultado de cuarenta años de experimentos y mejoras en estructura y maquinaria"

Al final del callejón

Rudyard Kipling

Cuatro hombres, cada uno con derecho “a la vida, a la libertad y a la conquista del bienestar”, jugaban al whist sentados a una mesa. El termómetro señalaba —para ellos— ciento un grados de temperatura. La habitación estaba tan oscurecida que apenas era posible distinguir los puntos de las cartas y las pálidas caras de los jugadores...
Mangosta

Rikki tikki tavi

Rudyard Kipling

Esta es la historia de la gran batalla que sostuvo Rikki-tikki-tavi, sin ayuda de nadie, en los cuartos de baño del gran bungalow que había en el acuartelamiento de Segowlee. Darzee, el pájaro tejedor, la ayudó, y Chuchundra, el ratón almizclero, que nunca anda por el centro del suelo, sino junto a las paredes, silenciosamente, fue quien la aconsejó...
Monjes budistas. Foto por Sergio Capuzzimati en Unsplash

Los constructores de puentes

Rudyard Kipling

Lo mínimo que esperaba Findlayson, del Departamento de Obras Públicas, era una C. I. E.; él soñaba con una C. S. I. En realidad, sus amigos le decían que se merecía más. Durante tres años había aguantado calor y frío, decepciones, incomodidades, peligros y enfermedades, con una responsabilidad casi excesiva para un solo par de hombros...
El judío errante, por Gustave Doré

El judío errante

Rudyard Kipling

-Si das una vuelta al mundo en dirección al Oriente, ganas un día -le dijeron los hombres de ciencia a John Hay. Y durante años, John Hay viajó al Este, al Oeste, al Norte y al Sur, hizo negocios, hizo el amor y procreó una familia como han hecho muchos hombres, y la información científica consignada arriba permaneció olvidada en el fondo de su mente, junto con otros mil asuntos de igual importancia...
Jardín. Foto por Florian GIORGIO en Unsplash

El jardinero

Rudyard Kipling

En el pueblo todos sabían que Helen Turrell cumplía sus obligaciones con todo el mundo, y con nadie de forma más perfecta que con el pobre hijo de su único hermano...
Gato. Foto por Harry Cunningham en Unsplash

El gato que caminaba solo

Rudyard Kipling

Sucedieron estos hechos que voy a contarte, oh, querido mío, cuando los animales domésticos eran salvajes. El Perro era salvaje, como lo eran también el Caballo, la Vaca, la Oveja y el Cerdo, tan salvajes como pueda imaginarse, y vagaban por la húmeda y salvaje espesura en compañía de sus salvajes parientes; pero el más salvaje de todos los animales salvajes era el Gato. El Gato caminaba solo y no le importaba estar aquí o allá...
La Puerta de los Cien Pesares

La Puerta de los Cien Pesares

Rudyard Kipling

"Esto no es obra mía. El Mulato Gabral Misquita me lo contó, entre la puesta de la luna y el alba, seis semanas antes de morir, y yo anotaba sus respuestas a mis preguntas. Como sigue..."