Cuentos franceses

El verdugo

Honoré de Balzac

El campanario del pueblecito de Menda acababa de dar las doce. En aquel momento de la noche, un joven oficial francés, apoyado en el parapeto de una larga terraza que rodeaba los jardines del castillo de Menda, parecía abismado en una contemplación más profunda de lo que la despreocupación de la vida militar suele traer consigo...

El Cristo del océano

Anatole France

Aquel año, muchos de los habitantes de Saint-Valery que habían salido a pescar, murieron ahogados en el mar. Se hallaron sus cuerpos arrojados por las olas a la playa junto a los despojos de sus barcas y, durante nueve días...

El elixir del padre Gaucher

Alphonse Daudet

Beba usted esto, beba usted ésto, mi querido vecino; verá usted lo que es bueno. Y, gota a gota, con la minuciosidad de un lapidario que contase perlas, el cura de Graveson escanció en mi copa obra de dos dedos de un licor verde, dorado, tibio, reluciente, exquisito…

Croisilles

Alfred de Musset

En los comienzos del reinado de Luis XV, un joven llamado Croisilles, hijo de un orfebre, volvía de París al Havre, su pueblo natal. Encargado por su padre de realizar cierto asunto en la corte, y habiéndolo desempeñado satisfactoriamente...

La maja

Anaïs Nin

El pintor Novalis acababa de casarse con María, una española de la que se enamoró porque le recordaba su cuadro favorito, la Maja desnuda de Goya...

El concierto de la octava

Alphonse Daudet

Todos los batallones del barrio del Marais y del arrabal Saint-Antoine acampaban aquella noche en el campamento de barracones de la avenida Daumesnil. Desde hacía tres días el ejército de Ducrot combatía en las colinas de Champigny; y a nosotros nos hacían creer que constituíamos la reserva...

Las fresas

Émile Zola

Una mañana de junio, al abrir la ventana, recibí en el rostro un soplo de aire fresco. Durante la noche hubo una fuerte tormenta. El cielo parecía como nuevo, de un azul tierno, lavado por el chaparrón hasta en sus más pequeños rincones...

Narración del estudiante

Jean Lorrain

En el hotel barato en que vivía entonces en el Faubourg-Saint-Honoré, había terminado por observar a una cliente de aspecto bastante sospechoso. Yo no era entonces más que un pobre estudiante de derecho, poco preocupado por la exterioridad de las cosas...

Dos amigos

Jean de La Fontaine

En el mundo en que vivimos la verdadera amistad no es frecuente. Muchas personas egoístas olvidan que la felicidad está en el amor desinteresado que brindamos a los demás. Esta historia se refiere a dos amigos verdaderos...

El Buen Dios de Chemillé, que no está a favor ni en contra

Alphonse Daudet

El párroco de Chemillé iba a llevar al Buen Dios a un enfermo. Realmente, daba pena pensar que alguien pudiera morirse en un día tan hermoso de verano, en pleno Ángelus de mediodía...

La muerte de Olivier Becaille

Émile Zola

Fue un sábado, a las seis de la mañana cuando morí tras tres días de enfermedad. Mi pobre esposa miraba desde hacía un instante en el baúl, donde buscaba ropa. Cuando se incorporó y me vio rígido, con los ojos abiertos y sin aliento, acudió corriendo creyendo que se trataba de un desmayo, tocándome las manos, inclinándose sobre mi rostro...

Alain el Gentil: Soldado

Marcel Schwob

Sirvió al rey Carlos VII desde la edad de doce años, como arquero, después de que gente de guerra se lo llevara consigo del llano país de Normandía. Y se lo llevaron de esta manera...

Diez horas de caza

Julio Verne

Un filósofo guasón dijo, no recuerdo dónde ni cuándo, “que no se debe tener nunca ni casa de campo, ni coche, ni caballos, ni posesiones donde haya caza, puesto que siempre hay amigos que se encargan de tenerlos por los demás”...

La princesa de las azucenas rojas

Jean Lorrain

Era una austera y fría hija de reyes; apenas dieciséis años, ojos grises de águila bajo altaneras cejas y tan blanca que habríase dicho que sus manos eran de cera y sus sienes de perlas. La llamaban Audovère. Hija de un anciano rey guerrero siempre ocupado en lejanas conquistas cuando no combatía en la frontera...

El movilizado

Honoré de Balzac

El acusador público y uno de los jueces del tribunal revolucionario permanecían taciturnos, observaban atentamente los más mínimos movimientos de su fisonomía, escuchaban lo que sucedía en la casa pese al tumulto...

La maquilladora

Joris-Karl Huysmans

Una hermosa mañana, el poeta Amílcar se encasquetó su sombrero negro, un sombrero famoso, de altura prodigiosa, de envergadura insólita, con partes llanas y hendeduras, arrugas y abolladuras, rajas y magulladuras; introdujo en el bolsillo, sito por debajo de su tetilla izquierda, una pipa de arcilla de largo cuello, y se dirigió hacia el nuevo domicilio de un amigo suyo, el pintor José...

Cobardía

Joris-Karl Huysmans

"¡Oh! seré firme, la reprenderé enérgicamente; además, hay que acabar con esto, se está riendo de mí desde hace mucho tiempo; ¡qué demonios, ya no tengo dieciocho años! No es mi primera amante; ¡después de ella vendrá otra! ¿Se enfadará?..."

Alexandre

Guy de Maupassant

"Aquel día, como todos, a las cuatro, condujo Alexandre hasta la puerta de la casita del matrimonio Maramballe la silla de minusválido de tres ruedas en la que paseaba hasta las seis, por prescripción facultativa, a su anciana e inválida patrona..."

El orco

George Sand

"Y cogiendo la mano del joven le llevó hacia la iglesia. Cuando éste sintió la mano fría de la desconocida estrechar la suya y la vio dirigirse con él hacia la oquedad sombría del pórtico, se acordó involuntariamente de las siniestras historias que había oído contar y, de pronto, transido de terror, se detuvo. La máscara se volvió y, fijando sobre el rostro sin color de su compañero una mirada escrutadora, le dijo:.."

El príncipe Fatal y el príncipe Fortuné

Jeanne Marie Leprince de Beaumont

"Al segundo príncipe, al que habían llamado Fortuné, todo le iba, al contrario, de maravilla. Su papá y su mamá lo amaban con locura y ya no se acordaban del mayor. La malvada mujer a la que se lo habían entregado, nada más llegar a su casa, le quitó las bellas ropas con las que iba vestido para ponérselas a uno de sus hijos que era de la edad que Fatal..."