Inglaterra

El club de los incomprendidos - G. K. Chesterton

El club de los incomprendidos

G. K. Chesterton

El Club de los Incomprendidos o «cuatro granujas sin tacha», narra las diferentes historias de cuatro hombres que han formado un extraño Club, unidos por el vínculo común de sus maltrechas reputaciones. Así, los cuatro miembros fundadores del Club de los Incomprendidos (el ladrón, el charlatán, el asesino y el traidor) han sido difamados con negros y repugnantes crímenes, pero no se han visto perseguidos por sus fechorías, sino por sus ocultas virtudes.
Hierba. Foto por Aaron Burden en Unsplash

La hierba mortal

Agatha Christie

Ahora usted, señora B -dijo don Henry Clithering. La señora Bantry, su anfitriona, lo miró con aire de reproche. -Le he dicho muchas veces que no me gusta que me llame señora B. Es una falta de respeto. -Scherezade, entonces…
Casa antigua. Foto por Dan Meyers en Unsplash

La casa del pasado

Algernon Blackwood

Una noche una Visión vino a mí, trayendo con ella una antigua y herrumbrosa llave. Me llevó a través de campos y senderos de dulce aroma, donde los setos ya susurraban en la oscuridad primaveral, hasta que llegamos a una inmensa y sombría casa, de ventanas conspicuas y tejado elevado, medio escondido en las sombras de la madrugada...
Hoja en un lago. Foto por Andre Hunter en Unsplash

La ahogada

Agatha Christie

Don Henry Clithering, excomisionado de Scotland Yard, estaba hospedado en casa de sus amigos, los Bantry, cerca del pueblecito de St. Mary Mead. El sábado por la mañana, cuando bajaba a desayunar a la agradable hora de las diez y cuarto, casi tropezó con su anfitriona, la señora Bantry, en la puerta del comedor. Salía de la habitación evidentemente presa de una gran excitación y contrariedad...
HMS Captain

El rojo

W. Somerset Maugham

El patrón metió la mano en uno de los bolsillos de sus pantalones y con dificultad, porque no estaban a los lados sino delante y era un hombre corpulento, sacó un gran reloj de plata. Lo miró y después volvió la vista hacia el sol poniente. El kanaka que estaba en el timón le echó una mirada, pero no despegó los labios...
Poker night. Foto por Michał Parzuchowski en Unsplash

El rey del trébol

Agatha Christie

La verdad -observé dejando el Daily Newsmonger a un lado- tiene más fuerza que la ficción. La observación no era original, pero pareció gustar a mi amigo, que, ladeando la cabeza de nuevo, se quitó una mota imaginaria de polvo de los bien planchados pantalones y observó:..
El judío errante, por Gustave Doré

El judío errante

Rudyard Kipling

-Si das una vuelta al mundo en dirección al Oriente, ganas un día -le dijeron los hombres de ciencia a John Hay. Y durante años, John Hay viajó al Este, al Oeste, al Norte y al Sur, hizo negocios, hizo el amor y procreó una familia como han hecho muchos hombres, y la información científica consignada arriba permaneció olvidada en el fondo de su mente, junto con otros mil asuntos de igual importancia...
Roverandom - J. R. R. Tolkien

Roverandom

J. R. R. Tolkien

En 1925, Michael, uno de los hijos de J.R.R. Tolkien, perdió en la playa su querido perrito de juguete mientras estaban de vacaciones. Para consolarlo su padre inventó una historia sobre un perro real que un mago transforma en un perro de juguete. Rover, el perro, también conocido como Roverandom, es enviado a la luna por el "Mago de la arena", y cuando no encuentra lo que busca en el lado oscuro de la luna, lo manda al fondo del mar a que continúe buscando.
Jardín. Foto por Florian GIORGIO en Unsplash

El jardinero

Rudyard Kipling

En el pueblo todos sabían que Helen Turrell cumplía sus obligaciones con todo el mundo, y con nadie de forma más perfecta que con el pobre hijo de su único hermano...

El poeta

W. Somerset Maugham

No siento gran interés por la gente célebre, y no puedo soportar a esas personas que tienen la pasión de codearse con las grandes figuras...
Historia de un viaje de seis semanas - Mary Shelly

Historia de un viaje de seis semanas

Mary W. Shelley

Mary Shelley, junto a su esposo Percy y su hermanastra Claire, realizó en 1814 y 1816 sendos viajes por el corazón de una Europa estremecida por el impacto de las guerras napoleónicas. Gran parte del segundo de ellos transcurrió en compañía de lord Byron en las proximidades de Ginebra, y de él surgió «Frankenstein», el relato que convertiría a Mary en un referente literario mundial. A su regreso a Inglaterra, recopiló en un libro sus diarios y cartas sobre ambos viajes. Transcurridos ya casi dos siglos desde su publicación, el libro se nos presenta como un ejemplo arquetípico de la visión del mundo que desplegó el Romanticismo inglés, y de cómo esta visión sirvió para interpretar el cataclismo, calamitoso y liberador al mismo tiempo, que la Europa continental vivió entre la Revolución Francesa y la definitiva derrota del Imperio napoleónico.
El cuarto hombre - Agatha Christie

El cuarto hombre

Agatha Christie

El canónigo Parfitt jadeaba. El correr para alcanzar el tren no era cosa que conviniera a un hombre de sus años. Su figura ya no era lo que fue y con la pérdida de su esbelta silueta había ido adquiriendo una tendencia a quedarse sin aliento, que el propio canónigo solía explicar con dignidad diciendo “¡Es el corazón!”...
Gato. Foto por Harry Cunningham en Unsplash

El gato que caminaba solo

Rudyard Kipling

Sucedieron estos hechos que voy a contarte, oh, querido mío, cuando los animales domésticos eran salvajes. El Perro era salvaje, como lo eran también el Caballo, la Vaca, la Oveja y el Cerdo, tan salvajes como pueda imaginarse, y vagaban por la húmeda y salvaje espesura en compañía de sus salvajes parientes; pero el más salvaje de todos los animales salvajes era el Gato. El Gato caminaba solo y no le importaba estar aquí o allá...
El último saludo de Sherlock Holmes - Arthur Conan Doyle

El último saludo de Sherlock Holmes

Arthur Conan Doyle

Los últimos años de la vida de Holmes, una época de cambio, se caracterizaron por un talante reflexivo y melancólico poco habitual en él. Sabemos que padeció una enfermedad y que abrió su corazón a un doctor Watson ya «reumático y envejecido». Si en la tumba de Conan Doyle figura el siguiente epitafio: «Temple de acero, rectitud de espada», cabe imaginar que al propio autor le hubiera gustado grabar uno semejante en la de Sherlock Holmes. O quizá lo ocultó sencillamente porque, para coronar la gloria de su detective, le bastaba atestiguar que Holmes, mientras enviaba su último saludo desde el escenario, desde su retiro sesentón escribía un Manual de apicultura.
El agente secreto - Joseph Conrad

El agente secreto

Joseph Conrad

Los lectores de esta novela han estado más acordes que los críticos: «El agente secreto» es una obra que gusta. Conrad, que siempre ha parecido un plato fuerte incluso para los lectores más exigentes, en este libro supo bajar a las zonas habitadas por Dickens, sin olvidar por ello los tortuosos pasillos del alma. Alguien afirmó que solo quien hubiera estado en contacto con el mundo que describe podría acertar así en los elementos fundamentales. Este juicio da idea de la solidez y verosimilitud con que está construida esta historia de terrorismo anarquista, y de la seriedad con que el autor se tomaba su tarea de escritor. Por eso ningún lector podrá olvidr fácilmente a Winnie.
Los perezosos - Charles Dickens & Wilkie Collins

Los perezosos

Charles Dickens, Wilkie Collins

En 1857, Charles Dickens y Wilkie Collins se pusieron a escribir una historia a cuatro manos. El resultado fue esta divertida novela protagonizada por dos profesionales del ocio, dos amigos cuya holgazanería constituye un paradójico acto de rebeldía en una Inglaterra victoriana que ensalzaba la diligencia y la productividad como virtudes rectoras. Como el Bartleby de Herman Melville, el dúo cómico formado por Thomas Idle y Francis Goodchild preferiría no hacer nada, o al menos nada que comporte un esfuerzo demasiado oneroso. Aun así, hilarantes aunque modestas aventuras les salen al paso en sus viajes por los pueblos de Inglaterra. La ascensión de una montaña, un día en las carreras de caballos, un partido de críquet, un trayecto en ferrocarril o la visita a un balneario; hasta la actividad más anodina puede propiciar el encuentro con personajes pintorescos y situaciones disparatadas que acabarán por reafirmar a Thomas Idle en su resolución de «no volver a ser activo nunca más, bajo ningún pretexto y por todo el tiempo que le quedara…
El abismo de Maracot - Arthur Conan Doyle

El abismo de Maracot

Arthur Conan Doyle

El último héroe de la ciencia creado por Conan Doyle fue el profesor Maracot, protagonista de este abismo que lleva su nombre. El abismo de Maracot recapitula buena parte de los géneros y temas tratados por su autor: ciencia ficción, aventura, mundos de un pasado no sabemos si histórico o legendario, teorías esotéricas... Este regreso a los orígenes de la narrativa fantástica se complementa con dos cuentos de Conan Doyle poco conocidos: El terror de la Sima del Blue John, que presenta una extraña criatura prehistórica en el interior de una caverna, y El horror de las alturas, donde los monstruos se hallan en lo alto de la atmósfera, en forma de espantosas medusas aéreas.
Joyas. Fotos por Brooke Cagle en Unsplash

La duquesa y el joyero

Virginia Woolf

Oliver Bacon vivía en lo alto de una casa junto a Green Park. Tenía un departamento; las sillas estaban colocadas de manera que el asiento quedaba perfectamente orientado, sillas forradas en piel. Los sofás llenaban los miradores de las ventanas, sofás forrados con tapicería...
Ejecución de María Antonieta

Un miembro del Comité del Terror

Thomas Hardy

"El caballero extranjero iba tan preocupado que apenas había reparado en ella, pero aquel extraño desvanecimiento atrajo inmediatamente su atención. Cruzó rápidamente la calzada, la levantó y la llevó a la tienda más próxima al puente, explicando que era una dama que se había puesto enferma en la calle..."
Mucho ruido y pocas nueces - William Shakespeare

Mucho ruido y pocas nueces

William Shakespeare

Situada en su mayor parte en un amable marco de jardines, aposentos y fiestas cortesanas, la obra gira principalmente en torno a dos fuertes personajes enfrentados, Benedicto de Padua y Beatriz, adversarios irreconciliables y ambos tan ingeniosos, mordaces y sarcásticos como desdeñosos del amor. A lomos de una trama animada por los equívocos, las traiciones y los imprevistos, los enemigos jurados acaban sin embargo, para su propia sorpresa, en aquel lugar a donde se prometieron nunca ir a parar y, lo que es más, en la compañía para ellos más insospechada.