Relatos Norteamericanos

El experimento del doctor Heidegger

Nathaniel Hawthorne

"Cuando los invitados del doctor oyeron las palabras de éste sobre el proyectado experimento, no pensaron sino en la asistencia al asesinato de un pobre ratón bajo la cámara de la máquina pneumática, el examen al microscopio de una tela de araña o algún otro de los experimentos con que el doctor Heidegger acostumbraba importunar a sus invitados..."

Una noche de canto

Isaac Asimov

"La cuestión es que estaba perdidamente enamorado de una mujer, una mujer determinada. Era un ángel, decía. No podía vivir sin ella. Era la única en todo el universo, y sin ella el mundo era una loncha de jamón empapada de grasa para lubricar motores. Ya sabes cómo hablan los enamorados..."

La voz de El-Lil

Robert E. Howard

"Nos ataron a Conrad y a mí de pies y manos y dieron muerte a Selim allí mismo: le abrieron la garganta como si fuera un cerdo mientras daba patadas y aullaba. Una visión espantosa; Conrad casi se desmayó y yo me atrevo a decir que empalidecí un poco..."

El demonio de dos centímetros

Isaac Asimov

"—Oh, Azazel…, se llama así. Es un demonio amistoso. Sospecho que no está muy bien considerado en sus antros nativos, pues se le nota extraordinariamente ansioso por impresionarme con sus poderes, salvo que no quiere utilizarlos para enriquecerme, como debería hacer, tratándose de una honorable amistad. Dice que sus poderes deben ser utilizados tan sólo para hacer el bien a otros..."

El auge del capitalismo

Donald Barthelme

"El capitalismo coloca a cada hombre en competencia con sus compañeros por una parte de la riqueza disponible. Unas pocas personas acumulan grandes montones, pero la mayoría no. El sentido de comunidad cae víctima de esta lucha. El aumento de la abundancia y la prosperidad está atado a la “productividad” creciente..."

El marido rural

John Cheever

"Y así fue. Nada sucedió. Cuando estuvo claro que el avión no se quemaría ni estallaría, la tripulación y la azafata reunieron a los pasajeros y los hicieron refugiarse en un granero. No estaban lejos de Filadelfia, y al cabo de un rato una hilera de taxis los llevó a la ciudad."

Después de la tormenta

Ernest Hemingway

"Aquella había sido una buena tormenta. Mi lancha era la única que se veía. El agua estaba blanca como un barril de lejía y desde Eastern Harbor a Cayo Southwest no podía distinguirse la playa. En medio de la ribera se había abierto un gran canal. Los árboles fueron derribados y flotaban enteros, había pájaros muertos, ramas; de todo."

Flota vengadora

Fredric Brown

"Pero la batalla terminó con más rapidez que cualquier otra batalla de la historia. Una flota conjunta de naves terrestres y marcianas, súbitamente en paz unas con otras, salió al encuentro de los invasores y se enfrentó con ellos entre la Tierra y Venus. Nuestros efectivos eran muy superiores, y las naves invasoras fueron barridas del espacio, aniquiladas."

La tormenta

Kate Chopin

"La lluvia golpeaba sobre el bajo tejado de pizarra con tal fuerza y repiqueteo que amenazaba con abrir una brecha e inundarlos allí mismo. Estaban en el comedor -la sala de estar- el sitio de todo uso. Colindante se hallaba su dormitorio, con el lecho de Bibi junto al suyo. La puerta estaba abierta y la habitación con su monumental cama blanca, sus contraventanas cerradas, tenía una apariencia oscura y misteriosa."

El campanario

Herman Melville

Sumérgete en la obsesiva búsqueda de un hombre por conocer al misterioso relojero encargado de las campanas de una catedral en construcción. A través de una prosa exquisita, Herman Melville explora los temas de la soledad, la marginación y la crueldad humana en un relato que te mantendrá en vilo hasta el final. Descubre cómo la vida de un hombre solitario se entrelaza con la construcción del campanario y su imponente presencia en el horizonte de la ciudad. No te pierdas esta obra maestra de uno de los grandes escritores estadounidenses del siglo XIX.

La traída de aguas

E. L. Doctorow

"Yo estaba seguro de que se daba cuenta de mi cercanía. Más aún, hacía días que deducía yo de sus actos una loca intuición de cooperación, como si se hubiese lanzado a sus empresas en beneficio suyo y mío."

La serpiente del sueño

Robert E. Howard

"Faming se inclinaba hacia delante, agarrándose a los brazos de la silla, la cara extraña y pálida bajo la luz espectral; un fino hilo de sangre goteaba del labio en el que había clavado sus dientes. Asombrados, le miramos, y de pronto se agitó con una risa breve semejante a un bufido."
Mujer con pistola. Foto por Sofia Sforza en Unsplash

Los chantajistas no matan

Raymond Chandler

"Rhonda Farr era muy guapa. Para esta ocasión vestía toda de negro, excepto el cuello de piel blanca, ligero como la pelusa de cardo, de su abrigo de noche. Y exceptuando también una peluca blanca que pretendía servir de disfraz y le daba un aspecto de muchachita. Tenía los ojos azules como el aciano, y la clase de piel con la que sueñan los viejos libertinos."

El periodo azul de Daumier-Smith

J. D. Salinger

"Creo que fue lo de «compañero» lo que me molestó más. Sin tomarme siquiera el trabajo de inclinarme, o sea, de mantener por lo menos la conversación en el plano privado, de bon gout, en que él la había iniciado, le informé, en francés, que era un grosero, un estúpido, un imbécil prepotente, y que nunca sabría cuánto lo detestaba. Acto seguido, bastante satisfecho, me corrí hacia el interior del autobús."

Ángel Levine

Bernard Malamud

"El negro bajó el periódico y miró con expresión amable. “Buenas noches.” Parecía no estar seguro de sí mismo, como si hubiera entrado en la casa equivocada. Era un hombre grande, de estructura huesosa, la cabeza pesada cubierta por un sombrero hongo, que no hizo el intento de quitarse."

La carretera

Ray Bradbury

"Y entonces, de pronto, como si alguien hubiese dado una señal, llegaron los coches. Cientos de coches, miles de coches; pasaron y pasaron junto a él. Los coches, largos y negros, se dirigían hacia el norte, hacia los Estados Unidos, rugiendo, tomando las curvas a demasiada velocidad. Con un incesante ruido de cornetas y bocinas."

Historia de una hora

Kate Chopin

"Era una mujer joven, con un bello y calmado rostro y unas facciones que dejaban entrever contención e incluso cierto temperamento. Sin embargo, sus ojos carecían de brillo en aquellos momentos, su mirada clavada en la lejanía, en uno de aquellos retazos de cielo azulado."

Dulces para lo dulce

Robert Bloch

"—Mire, no hace mucho me dijo la niña que si su padre quería que fuese una bruja, lo sería… Y creo que si no juega ya conmigo, ni quiere hacerlo con nadie, es porque está convencida de que las brujas no juegan. El último Halloween me pidió una escoba…"

La legación extranjera

E. L. Doctorow

"Morgan se levantó más temprano que nunca para hacer su carrera matinal. Corrió y corrió por los kilómetros de calles de su barrio, moviendo los codos unánimemente de un lado al otro, y su aliento parecía de otro corredor que le fuese pisando los talones."

Las hermanas

Nathaniel Hawthorne

"Mientras esperaba la campanada que a medianoche la convertiría en miembro de la innumerable hermandad de los años pasados, se le acercó una joven doncella que venía andando ligera como de puntillas por la calle que lleva al depósito de ferrocarril. Evidentemente era forastera, y puede que hubiese llegado a la ciudad en el tren nocturno."