Poetas

Poesía de Colombia

Poemas de Juan de Cueto y Mena

Juan de Cueto y Mena, nacido el 29 de marzo de 1604 en Villanueva de los Infantes, Ciudad Real, es un destacado dramaturgo español y neogranadino del Siglo de Oro. Aunque se presume que estudió Humanidades junto al eminente humanista Bartolomé Jiménez Patón, su verdadera vocación lo llevó a licenciarse en Derecho, aunque nunca llegó a ejercer. En 1636, emprendió un nuevo rumbo al llegar a Cartagena de Indias, donde en 1637 contrajo matrimonio con Juana Osorio de Quiñones. Desempeñó roles como boticario y prestamista, asegurando una situación económica holgada, aunque en 1668 enfrentó complicaciones comerciales que lo llevaron a prisión hasta mediados del año siguiente.

Su legado literario, recopilado en 1662 bajo el sello de Madrid, exhibe una marcada influencia culterana. Entre sus obras destacan «Un Discurso del amor y la muerte», «La competencia en los nobles» y «Paráfrasis panegírica», piezas teatrales que evidencian la impronta de Lope de Vega y Pedro Calderón de la Barca. «La competencia en los nobles», un auto sacramental, y «Paráfrasis panegírica», representada en 1660, exploran alegorías con elementos como los cuatro elementos y ciudades emblemáticas en la vida del santo Tomás de Villanueva.

El hispanista Archer Woodford honró su legado al editar sus obras en el Instituto Caro y Cuervo de Santa Fe de Bogotá, bajo el título «Obras de Juan de Cueto y Mena» (1952). Juan de Cueto y Mena, sin duda, se erige como una figura fundamental en el panorama teatral y literario del Siglo de Oro español y neogranadino.

INVOCACIÓN

III

Tú, Calïope, me sey favorable,
dándome alas de don virtuoso,
y por que discurra por donde non oso,
conbida mi lengua con algo que fable.
Levante la Fama su boz inefable,
por que los fechos que son al presente
vayan de gente sabidos en gente;
olvido non prive lo que es memorable.

ARGUMENTA CONTRA LA FORTUNA

II

tus casos falaçes, Fortuna, cantamos,
estados de gentes que giras e trocas;
tus grandes discordias, tus firmezas pocas,
y los qu’en tu rueda quexosos fallamos.
Fasta que al tempo de agora vengamos
de fechos pasados cobdicia mi pluma
y de los presentes fazer breve suma,
y dé fin Apolo, pues nos començamos.

CANTAR DE MACÍAS

CVI

«Amores me dieron corona de amores
por que mi nombre por más bocas ande.
Entonces non era mi mal menos grande
quando me davan plazer sus dolores.
Vencen el seso los dulces errores,
mas no duran siempre segund luego plazen;
pues me fizieron de mal que vos fazen,
sabed al amor desamar, amadores.

COMPARACIÓN

CVIII

»E bien como quando algund malfechor,
al tempo que fazen de otro justicia,
temor de la pena le pone cobdicia
de allí adelante bivir ya mejor,
mas desque passado por él el temor,
vuelve a sus vicios como de primero,
así me bolvieron a do desespero
desseos que quieren que muera amador.»

CÓMO FALLÓ MACÍAS

CV

Tanto anduvimos el cerco mirando,
que nos fallamos con nuestro Macías,
e vimos que estava llorando los días
con que su vida tomó fin amando.
Lleguéme más çerca, turbado ya quando
vi ser un tal ombre de nuestra nación,
e vi que dezía tal triste canción,
en elegíaco verso cantando.

CONCLUYE CONTRA LA FORTUNA

IX

¿Pues, cómo, Fortuna, regir todas cosas
con ley absoluta sin orden te plaze?
¡Tú non farías lo qu’el cielo faze,
e fazen los tiempos, las plantas e rosas?
O muestra tus hobras ser siempre dañosas,
o prósperas, buenas, durables, eternas;
non nos fatigues con vezes alternas,
alegres agora e agora enojosas.

DISPUTA CON LA FORTUNA

VII

Pues dame liçençia, mudable Fortuna,
por tal que blasme de ti como devo.
Lo que a los sabios non deve ser nuevo
inoto a persona podrá ser alguna;
e pues que tu fecho así contrapuna,
fas a tus casos como se concorden,
ca todas las cosas regidas por orden
son amigables de forma más una.

EXEMPLIFICA

VIII

La orden del cielo exemplo te sea:
guarda la mucha costancia del Norte;
mira el Trión, que ha por deporte
ser inconstante, que siempre rodea;
e las siete Pleyas que Atlas otea,
que juntas parescen en muy chica suma,
siempre s’esconden venida la bruma;
cada qual guarde qualquier ley que sea.

OTRA VEZ INVOCA

VI

E ya, pues, desrama de tus nuevas fuentes
en mí tu subçidio, inmortal Apolo;
aspira en mi boca por que pueda sólo
virtudes e viçios narrar de potentes.
A estos mis dichos mostradvos presentes,
o fijas de Tespis, con vuestro thesoro,
y con armonía de aquel dulçe choro
suplid cobijando mis inconvenientes.

PROPIEDADES DE LA FORTUNA

X

Mas bien acatada tu varia mudança,
por ley te goviernas, maguer discrepante,
ca tu firmeza es non ser constante,
tu temperamento es distemperança,
tu más cierta orden es desordenança,
es la tu regla seer muy enorme,
tu conformidat es non ser confforme,
tú desesperas a toda sperança.

SUPRASCRIPÇIÓN

I

Al muy prepotente don Juan el segundo,
aquél con quien Júpiter tuvo tal zelo,
que tanta de parte le fizo del mundo
quanta a sí mesmo se hizo del çielo;
al grand rey d’España, al Çésar novelo,
al que con Fortuna es bien fortunado,
aquél en quien caben virtud e reinado;
a él, la rodilla fincada por suelo,