Poetas

Poesía de Chile

Poemas de Jaime Quezada

Jaime Quezada es uno de los poetas más destacados de la generación del 60 en Chile. Nació en Santiago en 1942 y desde joven se interesó por la literatura y el periodismo. Estudió en la Universidad de Chile y se graduó como profesor de castellano. Su obra poética abarca más de veinte libros, entre los que se encuentran «La ciudad y sus voces» (1966), «El árbol de la memoria» (1974), «El ojo del ciclón» (1985) y «La noche anterior» (2003). Su poesía se caracteriza por una mirada crítica y reflexiva sobre la realidad social, política y cultural de Chile y América Latina, así como por una búsqueda de la identidad personal y colectiva. Ha recibido numerosos premios y reconocimientos, entre ellos el Premio Nacional de Literatura en 2003. Además de poeta, Quezada ha sido un activo gestor cultural, editor, crítico literario y académico. Ha fundado y dirigido revistas como «Trilce», «La Bicicleta» y «Mapocho», y ha colaborado con diversos medios de comunicación. Ha sido profesor en varias universidades nacionales y extranjeras, y ha participado en congresos, festivales y encuentros literarios en diversos países. Actualmente es miembro de la Academia Chilena de la Lengua y director del Centro de Estudios Poéticos de la Universidad Diego Portales.

Retrato hablado

Digo pan
y la mesa extiende su mantel
como un cuaderno de dibujo
y en un abrir y cerrar de ojos
ya no existe el pan
ni la mesa
ni el mantel:
solo el retrato hablado de mi hambre.

Cultiva la idea de que el mundo se apaga

Todos los animales han fenecido en este valle
El último aliento fue el mugido de un buey
También las aves los insectos los árboles las plantas
Ni una espora de hongo en este valle
a no ser la espora de hongo del esmog
Ni una drupa-melocotón
Ni un aquenio capaz de dar origen a una hoja de lechuga

(Cultiva la idea de que el mundo se apaga
Y que los planetas
Son fieras domesticadas en la selva de los ojos)

La araña del leño seco recién fecunda e insaciable
devorando al macho entre sus patas
El canto de motosierra del pájaro del monte
llamando al pájaro hembra a su lecho de ramas nupciales
La ranita de Darwin saliendo del vientre de su rana madre
y entrando a la boca marsupial de su padre
hasta el mes de saltar por sí misma al charco
Y en los nidos de cañas y totoras huevos color cielo
de verano de los patos palustres

Pura naturaleza ficción sin embargo
Puro recuerdo e imagen a lo National Geographic
en los archivos de la televisión
Puro afiche publicitario de jornadas agronómicas

Cultiva la idea de que el mundo se apaga:
Las flores del peral eran en corimbo
Las del avellano amentosas
Umbelíferas las del hinojo al igual que la cicuta
Cuán verde era mi valle
¡mirad los lirios que fueron!
Y yo hombre mortal lloro en este monte sin sombra de olivos
como simple mortal

Salid de mí con duelo lágrimas corriendo
Aunque de nada sirven mis lágrimas en esta tierra seca
Si hasta el cielo se cae ahora a pedazos

Todos los animales han fenecido en este valle
El último aliento fue el mugido de un buey
También las aves los insectos los árboles las plantas
El no huevo el no zigoto la no semilla

Veo pasar el cadáver de mi hermano
Sin una flor.

Tempranía

Yo era un niño sentado en una sillita de paja
en medio del jardín
Se reían de mi baba
Me tiraban piedras y manzanas
Devolvía yo las piedras
Y me comía las manzanas

Después fui un muchacho lleno de sueños
proféticos

Ahora me siento diariamente a la cabecera de la mesa
En una silla eléctrica
Pidiendo a gritos que me tiren
Piedras y manzanas.

Un día de vacaciones

Miro espadas y sables
en el Museo Nacional. Y recuerdo
el bastón de mi abuelo
con orgullo.

La herencia

La madre engaña a su hijo con un cuento
Y el plato de sopa queda limpio
El hijo crece
Se hace hombre
Se casa
Y tiene un hijo

Y el hijo engaña a su madre con un cuento
Y el plato se ensucia con el llanto.

Generación va generación viene

Ha muerto su padre
y mientras lloran sus hermanas
se va al fondo del patio
a recordar el lugar donde una vez
recogió un nido caído del cerezo.

Yo Juan llamado de la Cruz

En los campos de la prisión de Toledo
Yo Juan llamado de la Cruz
Me pasé los días dando de comer hierbas a los asnos
(Si los asnos rechazaban las hierbas
era señal de hierbas venenosas)
No me daban siquiera un plato de lentejas
Tan flaco estaba que caminaba por el aire
Tocaba a Dios con los pies y con las manos
Comía sólo las hierbas que los asnos comían
Y no era ningún asno
Aunque me encerraban como un asno en una celda
A latigazo limpio echando afuera mis demonios:
Nada y nada hasta dar un pellejo y otro por mi Amado
Rebelde desobediente contumaz me gritaban
mis guardianes únicos demonios

No pudieron aplicarme la ley de la fuga
(Que muchas ganas al parecer tenían)
Yo mismo me fugué por mis propios medios de la cárcel
Sin traje de soldado sin traje de travestista
Con mi pobre sayal de arpillera de Almodóvar del Campo
Y como caminaba por el aire no dejé huella alguna
A no ser mi amor de Dios flotando en ese aire.

Tabla de astronomía

En el verano de 1910 el cometa Halley
apareció en los cielos de Chile
Ese mismo año murió el presidente Pedro Montt
En 1758 hubo una lluvia de aerolitos
Y piedras de fuego quemaron los muchos bosques
del verde territorio
También una sequía en 1834
Y una plaga de ratas y ratones asoló campos y graneros
al igual que en le verano de 1986
Sólo que ahora incluyendo cárceles secretas
cuarteles estadios de fútbol conventos y ciudades
(Y la muerte del presidente)

En el año de 2062 el cometa Halley
aparecerá otra vez en los cielos de Chile
Para entonces yo Jaime Quezada
sobreviviente chozno de tanta historia
Estaré a la sombra de una nube atómica
Rascándome con una teja en medio de la ceniza
O muy sentado en una mecedora silla de neutrones
A sombra de un nuevo manzano en flor
Recordando la infancia de mi padre
Cuando se hacía retratar bajando de un caballo en 1910.