Poetas

Poesía de Colombia

Poemas de Javier Naranjo

Javier Naranjo Moreno, nacido en Medellín en 1956, es un poeta colombiano y ferviente defensor de la literatura infantil. Su labor como docente en escritura creativa para niños ha dejado una huella imborrable en el ámbito cultural. Más allá de su faceta pedagógica, Naranjo ha tejido una poesía que se despliega «entre la luz y la sombra, entre este y otro mundo, entre la extrañeza y cierta clara ambigüedad«, como evoca la contracarátula de su obra «Lugar de cuerpo ciego«.

Con una pluma que acaricia la sensibilidad infantil, Naranjo ha destacado con obras como «Casa de las estrellas» y «Los niños piensan la paz«. Su contribución a la gestión cultural se evidencia en su dirección de la Casa de la Cultura de El Carmen de Viboral, donde fundó el renombrado grupo literario SAVIA.

La obra de Naranjo se expande en múltiples direcciones, desde el lirismo de «A la sombra animal» hasta la colaboración con Orlanda Agudelo en «Afantasmarnos«. Su compromiso con la promoción de la literatura infantil trasciende fronteras, como se refleja en su participación en el Proyecto Gulliver, que llevó la escritura creativa a los niños de las comunas de Medellín.

Reconocido finalista en prestigiosos premios de poesía, como el Nacional de la Universidad de Antioquia y el Eduardo Cote Lamus, Naranjo ha recibido una beca de creación del Ministerio de Cultura en 1994. Su presencia se consolida en antologías que rastrean la evolución poética colombiana, desde «Disidencia del limbo» hasta «Muestra Poesía en Medellín 1950-2011«.

Con una extensa lista de obras que abarcan la poesía, la literatura infantil y la gestión cultural, Javier Naranjo Moreno se erige como un pilar fundamental en el panorama literario colombiano, fusionando la profundidad poética con la simplicidad del universo infantil en cada trazo de su pluma.

Destierro del día

Un mono

El pequeño mono me mira…
¡quisiera decirme
algo que se le olvida!

José Juan Tablada.

Entro a la nata espesa del día, levanto la cabeza y
miro con otra atención. La luna desde temprano
está puesta en el cielo, la cabeza se eleva desde
todo eso y siento que de la grisalla se alza una
vida más espléndida, que afuera hay una vida
más alta.

Respiro el mismo día que los demás, voy
como ellos, vivo vano triste. Pero hay algo más,
casi lo puedo tocar…pero no… lo olvido y
sigo caminando con el rostro del que ha sido
expulsado.

Fiesta en casa
En esta casa
todo lo que llega
se afantasma
y entonces no llega
o llega sin poner pie

y apenas un remedo de voz
sostiene
hilo delgado
y atento
a encontrar al otro lado
abismo

y bailamos:
formas de química azules
entre las patas
de los muebles
y entre las mesas
y en las copas firmes
en su certeza
bailamos el baile de la inexistencia
donde ningún pie tropieza

Reunión de trabajo

Toda la tarde me acompañó un poema. Me recogí
en él mientras hablábamos de enseñar a leer y a
escribir…Qué patetico empeño.

Y en el grupo era unánime la sensación de no
estar del todo mientras conversábamos de cosas
ajenas a nosotros con una verdad que se revolcaba
bajo la mesa. Un animal de discordia que
nos lamió y enroscó la cola. Torció los argumentos
y nos dejó arrimados a la intemperie.

La vida

La vida es la que amontona
los platos sucios
en la cocina

la vida que come
que gasta
que no respeta
lo que se sirve
y va a ser devorado

¿Cuerpo o palabra?

Untarnos para siempre de esa cosa que tienen
las palabras.

Los animales que lamieron de sí, ahora reposan
y se olvidan, porque es menester abandonar lo sólido,
entrar en aire.

Cuerpos

El que naufraga
dando tumbos
en la noche
en el cuerpo
del sueño el que queda
anclado

Irse del animal

Tu mano en despedida
tu boca

tu espalda
que se alza de tu grupa

tu largo dorso
yegua

Carreras

«Una carrera es una cosa maravillosa
pero no sirve para acurrucarse
contra ella en una noche fría»

Marilyn Monroe

Todos estamos de carrera
todo se debe a ella
nuestros gestos
las palabras

cualquier tentativa de ir hacia algo
es de carrera

carrera urgente hacia la nada
carrera de cuervos
que se arrancan los ojos

nos graduaremos de materia

¿y después
del gran
del mejor
del que bucea en su lago interior
del que se contempla el rostro
solo
en su pozo
y apesta?

«El que nada se oye
En una alberca de sombra»
Xavier Villaurrutia

Y no saber
si esa
es la mujer que amo

y no saber que amo

la risa
el desenfado
abandona la alberca
que soy
y se presenta a todo
con mi nombre

Hender el aire

Es difícil hender el aire, tocar el día,
cuando en la noche giramos esperando
en zozobra el milagro de la luz.

Es tan difícil salir erguidos,
compuestos, afeitados, si no hay
sosiego y sólo islas y sólo náufragos
y mar abisal.

Baile de dos

El primer paso
en un baile de dos
alguien tiene
que darlo

la mano tímida
que busca
una mano
los pies
que deben encontrarse
pero no tropezar

el lento
juego de los cuerpos

el tanteo

para no hallar abismo

Los sin amor

Los sin amor
se acuestan a dormir
como a lo único
que pueden abrazar

los sin amor
aman el sueño
porque ahí
corretean libres
al otro día de lo atado

uncidos
al yugo de lo variable
cabecean prodigiosos
los sin amor

para hundirse
en su propia pavura
y sola saciedad

Que la muerte
no venga
a acezar aquí
entre los cuerpos

que ellos solos
quieren devorarse
sin que otra boca
voraz
los halle

Lo que el día
puede hallar
para nosotros

abandonarse
morir
como en la hierba
un sol último

Hijos

Uno
los protege
de morir

uno les evita
el agua ciega
el agua
en la que ciegos
se abandonan

uno los alimenta

los disputa
al rostro
que los sigue

a la boca
ávida
que los llama