Poetas

Poesía de Colombia

Poemas de Jetón Ferro

Antonio María Ferro Bermúdez, conocido popularmente como el Jetón Ferro, fue un destacado poeta colombiano nacido el 1 de septiembre de 1876 en Chiquinquirá, Boyacá. Su legado literario lo sitúa como uno de los pilares fundamentales de la Gruta Simbólica, un círculo intelectual de gran relevancia a finales del siglo XIX y principios del XX en Colombia. Este grupo, del que también formaron parte figuras notables como Clímaco Soto Borda, Julio Flórez, José Asunción Silva, Jorge Pombo y Enrique Álvarez Henao, marcó una era en la escena literaria del país.

Gran parte de la vida de Ferro transcurrió en la isla El Santuario, ubicada en el centro de la laguna de Fúquene, un espacio que se convirtió en fuente de inspiración para su poesía. Sin embargo, los últimos meses de su vida estuvieron marcados por la lucha contra la enfermedad, lo que lo llevó a trasladarse entre Bogotá y su amada isla. Para costear los tratamientos médicos, tuvo que vender su querido refugio al Instituto Geográfico Agustín Codazzi de Colombia, que lo destinó para establecer un observatorio magnético.

Tras su fallecimiento en 1952, Ferro fue sepultado por sus familiares en la misma isla que lo vio crear y soñar. Su legado perdura a través de la Fundación Jetón Ferro, establecida en su ciudad natal de Chiquinquirá. Esta entidad anualmente convoca a escritores de renombre nacional e internacional en honor al poeta, asegurando así que su influencia en la literatura colombiana siga viva y continúe inspirando a las generaciones venideras. La figura del Jetón Ferro es una pieza fundamental en el mosaico literario de Colombia, un testigo y participante activo en la efervescencia cultural de su época.

Quintillas

Porque lo que más aterra
de los divinos secretos
es que, en la paz y en la guerra,
de las cosas de la tierra
no saben los Recoletos…

Las siembras hechas sin plan,
las cluecadas, los conejos
y los sermones se dan
con decálogos más viejos
que el paraíso de Adán.

Ejemplo de décima improvisada:

A “Greta”, su perra de caza:

Tu recuerdo en la Laguna
son las más fragantes brisas,
que vuelan como sonrisas
y son…risas de la luna.
Tú bajo el sol eres una
fugaz sombra de bandada,
y mi mente, disparada
como una falsa escopeta,
es el sueño de un poeta
que sin ti no caza nada…

Numerada

Sextilla juguetona

En un 6º mi rotundo
abrazo te mando entero;
de mi 5ª en el alero
“prima” como un 1/3 el mundo.
Te escribo esto en un 2º
y en el 4º en que te espero.