Poetas

Poesía de Perú

Poemas de Oswaldo Chanove

Oswaldo Chanove Zavala, nacido en el vibrante barrio de El Solar, Arequipa, en 1953, se erige como una figura prominente en la literatura peruana contemporánea. Proveniente de una familia con raíces musicales y literarias, su ascendencia deja una huella indeleble en su obra. Educado en la Escuela Normal de Varones y el Colegio La Salle, su inquietud intelectual lo llevó a fundar la revista Ómnibus en los años setenta, catalizando una renovación literaria en su ciudad natal.

Su trayectoria literaria se enmarca en una fusión de compromiso creativo y labor periodística. Publica su primera obra, «El héroe y su relación con la heroína«, en 1983, marcando el inicio de una prolífica carrera. Chanove se consolida como un referente cultural al integrarse al Centro Cultural de la Universidad Nacional de San Agustín en 1989, fundando la Sala de Audiovisuales y contribuyendo activamente al panorama artístico local.

En 1996, tras renunciar a su cargo académico, se traslada al Cusco, inspiración para su novela «Inka Trail«. Su incansable búsqueda creativa lo lleva a la Feria del Libro de Quito en 1996 y, posteriormente, a establecerse en Estados Unidos en 1998, expandiendo así su horizonte literario.

A lo largo de su carrera, Chanove ha explorado la poesía con una maestría única, plasmando sus reflexiones en obras como «Canción de amor de un capitán de caballería para una prostituta pelirroja» y «Las palabras no pueden expresar lo que yo experimenté entonces«. Su retorno a Arequipa en 2012 marca una nueva etapa en su producción, caracterizada por una evolución poética que ha sido elogiada por críticos literarios.

Con una bibliografía que abarca poesía y narrativa, Chanove destaca por su capacidad para fusionar lo íntimo con lo universal, explorando temas existenciales con una prosa que seduce y cuestiona. Su legado literario perdura con obras como «Internal Combustion Engine» y «El Héroe y su Relación con la Heroína«, consolidando su posición como un icono de la literatura contemporánea peruana.

UN SOL DIMINUTO

La sonrisa es un instrumento (tecnológicamente)
avanzado
Es indicio de civilización
Es un instrumento violentísimo
(Uno puede sonreír y sonreír)
(Y ser un villano)
(Dice el sweet príncipe)
La sonrisa es perceptible (desde la distancia)
En tiempos de los cazadores (y recolectores)
Era urgente
Los (demás) primates (solamente) hacen ruidos
(Con labios y dientes)
Pero eso es efectivo (únicamente) en distancias
(demasiado) cortas

Canta, canta las canciones

El mundo esta poblado por ti
En el mundo existes tú como algo parecido a un animal
de nariz húmeda y negra

Un animal que avanza
por la llanura
o
por la jungla
o
sobre los rieles del sistema ferroviario

Y
entonces
elevas ese hueso
y
cae el rayo

Es el génesis
Todo indica que es el génesis
Huele a génesis

Porque las plantas crecen a tu alrededor
y
algo se aglomera
algo pugna
algo atropella
algo inunda
y
sólo está tu rostro para detenerlo

Pero tu rostro es sólo un rostro hecho con fuego
Tu rostro existe como una casa
Tu rostro fue colocado en este lugar como un símbolo de los acontecimientos
Tu rostro fue producto de un golpe
Tu rostro cayó de los cielos
Tu rostro está sembrado en el lodo y aún vive
El hijo de puta aún vive

Y
entonces
tu rostro
es sacudido
por una conmoción
Tu rostro altamente inflamable
Tu rostro lleno de sangre
Y
entonces
los duros huesos de tu viejo rostro se estremecen como una puerta golpeada con el puño
y
giran sobre sus bisagras herrumbrosas
hasta que el vaho radiactivo del Espacio Exterior
toca el intrincado manojo de alambres de tu alma

ESCALERA AL CIELO

El alma inmortal es (extremadamente) apetecida
Por los antropófagos
En un sentido laborioso los poetas son
caníbales (también)
Pero los amantes son los hambrientos
Por que los amantes lamen las pieles
Los poetas prefieren el simple hálito
(como ignición)
Porque la energía del astro rey ha fluido
(de un eslabón a otro)
(El tejido viviente ha sido pergeñado por el
fitoplancton flotante)
Y cada salto es un drama (imprescindible)
Para los malditos fines del verbo

El héroe y su relación con la heroína (I)

A ella la conocí en un bar: tocaba un grupo de trompetistas y la gente bailaba.
La gente giraba en torno como cuando se cae una botella: la vi deslizarse del grupo y venir.
La gente bailaba como cuando una botella se rompe.
Bailamos hasta el amanecer como si hubiésemos estado casados 25 años.
Escuché su historia:
-en la puerta la esperaba un caballo y una llanura
-en su casa su esposo la devoraba.
Grité que era mía y partimos en mi barco.
Pero el corazón me saltaba con el ruido del mar.
Y el corazón me saltaba mirando la luna.
Y el corazón me saltaba cuando nos batíamos a cuchilladas.

Canto

Tengo que poner una mano
sobre tu cuerpo inmóvil
tengo que poner los dedos
sobre tus ojos cerrados
de la misma manera que
tiempo atrás
coloqué
mis radiantes palmas
sobre
cualquier otro objeto sagrado

Pero no lo hago
Sigo y sigo perdido porque no lo hago

Nacimiento de Venus

Un automóvil
rueda
silenciosamente
como si considerase estallar al final de la ruta

Un automóvil
se coloca frente a nosotros
gira
haciendo parpadear dos faros melancólicos
y
finalmente
despliega
brillantes
niquelados

El oficio de amar

El amor
como el coyote
marca el escenario
de
los hechos
y
de las cosas