Cuentos Cubanos

Jean-Simon Berthélemy

El secreto de la tumba vacía

Manuel Quintero Pérez

“¡Córtalo con la espada, campeón!” El Macedonio ladeó el torcido cuello y levantó la rubia cabeza intentando descubrir al autor del alarido…
La herencia de los buenos muertos

La herencia de los buenos muertos

Eduardo René Casanova Ealo

Textos introductorios al volumen que compila los relatos enviados al I Concurso Internacional de Cuentos, organizado por las editoriales Primigenios, Lunetra y la web literaria Isliada.org…
Carnaval. Pintura de Víctor Manuel

Historia de lunas

Alejo Carpentier

A las 12 y 28, puntualmente, el tren de largos vagones amarillos se detenía en la estación del pueblo. Al momento, los dos viejos Ford empezaban a hacer sonar su bocina ásperamente. El ventilador de Café de los Reyes Magos se ponía en marcha. Y los mendigos, los vendedores de frituras o de plegarias invadían el andén…
Salomé con la cabeza de San Juan Bautista

Esclavos no solo de Dios

Lis Monsibáez

A Juan el Bautista lo decapitaron. Dice la Biblia que en una fiesta de cumpleaños del rey Herodes, la hija de la esposa bailó para él. Todos en la fiesta quedaron maravillados, por lo que Herodes le dice que pida lo que quiera…
Tú no sabes, Fermín, qué duro es esto

Tú no sabes, Fermín, qué duro es esto

Elizabeth Lunar

Y puede que sean los malos ojos o la mala lengua de Candelaria, pero lo peor es este lugar. Está maldito y no podemos hacer nada para arreglarlo. Si en algún lugar el diablo dio las tres voces y nadie lo oyó es en Pico Blanco…
Canta hasta que mueras - Jorge G. Silverio Tejera

Canta hasta que mueras

Jorge G. Silverio Tejera

Claro, esa era la solución, mataría a la vieja. Espantado de su pensamiento lanzó el libro al suelo. ¿Cómo podía haber considerado tal cosa?...
Ilustración por José Luis Lorenzo Díaz

Cosas de mujeres

Reynaldo Cañizares

Quien haya vivido en la ciudad de Santa Clara tiene que haber oído al menos mentar al Fide Stevenson, el que ahora es despachador de guaguas de la terminal de ómnibus intermunicipal…
Antología del grupo literario Ariete

Hasta 296

Daniel Burguet

Con este relato, el autor se dio a conocer como representante de la más nueva generación de narradores cubanos, reunida en el grupo literario Ariete…
Imagen por José Luis Lorenzo Díaz

El vikingo, la rubia y el ladrón

Jorge G. Silverio Tejera

Ese había sido mi desayuno al llegar a la Unidad: un extranjero quería denunciar un robo en su casa. El Oficial de Guardia se lo había sacado de encima mandándolo conmigo…
Autor: José Luis Lorenzo Díaz

Lengua

Manuel Navea

Estaba hastiado, el teniente. Y ahora esto. Indira lo miraba como compadeciéndose. Eso lo molestaba. Aún a su edad no soportaba que fueran condescendientes con él…
Un hombre toca a la puerta bajo la lluvia

Dioses y orishas

Rodolfo Pérez Valero

Este cuento, ganador del Concurso Internacional de Relatos Policiacos de la Semana Negra de Gijón en 2009, pertenece al volumen Un hombre toca a la puerta bajo la lluvia, publicado por Random House México en 2010…
Tres lunas

El último recurso

Alex Padrón

Este relato fue la semilla que dio origen a la novela negra Tres Lunas publicada en España por editorial Guantanamera...
El insaciable hombre araña

El insaciable hombre araña

Pedro Juan Gutiérrez

Los cuentos reunidos en este libro, hilvanados de tal modo que pueden leerse como una novela, poseen un fuerte sabor autobiográfico, como es habitual en las historias que nos cuenta Pedro Juan Gutiérrez. En El insaciable hombre araña, Gutiérrez (que en palabras de Enrique Tomás, "se ha convertido en el cronista de la realidad más cruda del país caribeño") mezcla desenfrenadamente amor, sexo, odio, sueños, pasiones, realidad, frustraciones... Aquí están en carne viva los sentimientos y las contradicciones de un hombre de cincuenta años que se enfrenta al hecho cotidiano de vivir, siempre al borde del abismo.Por debajo de cada cuento presentimos un mundo subterráneo, que el autor apenas nos insinúa, para inquietarnos más aún. Escrita con mano maestra, el lector nunca puede adivinar las costuras entre ficción y realidad.
El insaciable hombre araña

En la zona diabólica

Pedro Juan Gutiérrez

La narrativa de este autor “es tan mortífera como un balazo en la sien”. Sirva para demostrarlo uno de sus relatos incluidos en el volumen El insaciable hombre araña, publicado por Ediciones Unión en 2014…
Mirar, sufrir, gozar… La Habana

Del otro lado del telescopio

Lázaro Alfonso Díaz Cala

A partir de este capítulo introductorio 13 escritores cubanos se combinaron para la escritura de una apasionante novela colectiva que publicó Editorial Primigenios en 2020 bajo el título Mirar, sufrir, gozar…La Habana.
Monument Valley. Foto por John Fowler en Unsplash

¿Cómo matar al dinosaurio?

Yasel Toledo Garnache

Cada mañana el dinosaurio sigue ahí. Despierto con la esperanza de que todo sea un sueño, pero la realidad me golpea como una pedrada en la cabeza. Miro el revólver y lo tomo en mis manos…
Cuerpos a la deriva - Yamilet García Zamora - Narrativa

Cuerpos a la deriva

Yamilet García Zamora

No, no sé cuándo se me ocurrió la idea de matarla. Ni siquiera sentía ya piedad por aquel cuerpo podrido en vida, depauperado a su máxima expresión. Asistí al deterioro de manera indiferente, regañándola si se orinaba…
Por José Luis Lorenzo Díaz

Y grito…

Adrián Pernas Álvarez

Un señor en la cola está gritando. Porque yo aquí llegué a cobrar noventaicinco pesos y vivía mejor que ahora que con dos mil no me alcanza y no le puedo comprar un refresco de lata a mi nieto porque cuesta cuarentaicinco…
Caballo. Foto por Helena Lopes en Unsplash

Caballo

Onelio Jorge Cardoso

Desde potrico ya le dijo siempre: ¡caballo!, y así fue echando cuerpo con la palabra como un susto y una orden. De modo que cuando el alazán pudo llevar encima el hombre, se estremecía al oír su palabra: —¡Caballo! —y el animal vibraba del casco a la oreja; ¡brrr! hacía y el suelo trepidaba bajo sus patas...
Cascadas El Chiflon, Chiapas. Foto por Linda Meisinger en Unsplash

Oficio de tinieblas

Alejo Carpentier

El año cobraba un mal aspecto. Muy pocos se daban cuenta de ello, pero la ciudad no era la misma. No estaba demostrado que los objetos pintaran en los pisos un cabal equivalente en sombras. Más aún: las sombras tenían una evidente propensión a quererse desprender de las cosas, como si las cosas tuvieran mala sombra...