Poetas

Poesía de Colombia

Poemas de Hugo Jamioy Juagibioy

Hugo Jesús Jamioy Juagibioy, destacado poeta y cuentista colombiano, emerge de la rica tradición indígena Camsá en el sur de Colombia. Nacido en 1971 en Waman Tabanók, un lugar sagrado de origen en Sibundoy, departamento del Putumayo, Jamioy creció inmerso en la cultura de su familia, donde su padre ejerce como médico tradicional y su madre como tejedora.

Aunque inicialmente se vinculó a la Universidad de Caldas para estudiar agronomía, Jamioy pronto descubrió su verdadera vocación: la poesía. En 1999, auspiciado por la Universidad Nacional de Colombia, publicó su primera obra, «Mi fuego y mi humo, mi tierra y mi sol». Sin embargo, fue en 2005 cuando lanzó su obra más célebre, «Danzantes del viento», la cual, en 2010, fue relanzada con nuevos textos poéticos que le otorgaron mayor profundidad y resonancia.

El Ministerio de Cultura reconoció su talento otorgándole una Beca de Investigación Nacional en Literatura en 2006, seguida de una Beca Nacional de Creación de Oralitura tres años más tarde. En 2013, participó en el prestigioso Festival Folklife, auspiciado por el Instituto Smithsoniano en Washington D.C.

Con una pluma que conjuga la esencia ancestral con la contemporaneidad, las obras de Jamioy capturan la riqueza cultural y espiritual de su pueblo, trascendiendo fronteras y dejando una huella indeleble en la literatura colombiana. Entre sus notables publicaciones se incluyen «No somos gente» (2000) y «Danzantes del Viento» (2010), esta última, una joya literaria respaldada por el Ministerio de Cultura.

Hugo Jamioy Juagibioy se erige como una figura esencial en el panorama literario de Colombia, un artista cuya voz resuena con autenticidad y cuya obra trasciende barreras culturales, iluminando así la riqueza y diversidad de la literatura colombiana contemporánea.

Lo puro vida del futuro

Voy hacer un lugar que es sagrado
Junto con todas las cosas del universo
Hago esto para que tú vivas
Para que mi pueblo y tu pueblo vivan
Veo tu rostro
Te oigo venir
Desde el lugar donde nace el viento frió y potente
Que da valor fuerza y resistencia
Y por eso hago humo sagrado
Para que todos los pueblos
Te miren y en todo el universo
Se alegraran
Has hecho un día feliz
Para el mundo
Como un destello de luz grande
Reflejado en tu mirada
En tu ser en tu sonrisa
Que ilumina un nuevo amanecer
A fin de que nuestros pueblos vivan
Hago fuego para que tengas calor y vida
Pero dirige siempre tus miradas
A tu pueblo y al mió propio
Para que caminen siempre
Con paso firme
Por el sendero sagrado
Porque solo las cosas puras
Reflejan lo eterno
Y el pueblo vera tus
Generaciones futuras

En la tierra

No es que esté obligando
a mi hijo
a trabajos forzados
en la tierra;

solamente
le estoy enseñando
a consentir a su madre
desde pequeño.

Yagé I

Sé quien eres

Te he mirado
en el Yagé
en el mágico mundo colorido;
la geometría borracha
ha mostrado las figuras perfectas
el sueño pensado
la alucinación, el tránsito
el viaje al otro mundo
donde reposan todas las verdades,
el mundo donde nada
se puede esconder
donde nada se puede negar,
el mundo donde todo
se puede saber
a ese mundo he llegado en mi viaje
y en mi camino tu imagen he visto;
todo lo que he mirado
a través de la guasca
que da poder
no te lo puedo decir
solo quiero que sepas
que te mirado.

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Rompe el aire, Kinde.

En el patio de mi casa
sentado espero tus anuncios;
danzando tus alas
alguien de mi casa
volará el viaje sin retorno;
suspendiendo tu cuerpo
los pasos de un caminante
brindarán su estancia;
cantando tu trompeta
llamas diminutos cristales del alto gris.
debo entrar a mi rancho,
tal vez mi madre esté llorando;
por hoy ya no danzarás más.

Colibrí de verano, vuelve,
quiero saber más.
Aletea tus pasos,
danza con otro ritmo tus alas,
florecerá un retoño.

No cantes tu trompeta
suspende tu cuerpo
disfruta del verano;
también mi madre
quiere sentarse conmigo
a esperar tus anuncios.

No somos gente

No somos gente de mundo ajeno
con anhelo de seguir viviendo;
no somos gente de territorio
de quienes mañana se escuche hablar
que nosotros fuimos.
No somos pueblo venido de otros lugares,
nuestras raíces son de aquí.
Somos árbol-hombre, somos gente, somos pueblo,
nacidos del fondo de la tierra,
árboles caminando por el lugar
heredado de nuestros taitas,
gente cuidando la armonía y equilibrio natural,
pueblo construyendo la casa
para que nuestros hijos
vivan felices y de manera natural.

Yagé II

Cuál es tu intención.

Taita Yagé es hombre,
es sabio y a todos orienta
es sabio y a todos guía
es sabio y a todos cuida
es sabio y a todos aconseja
es sabio y es taita;
es celoso y por eso
no te muestra ni te enseña nada,
te exige tranquilidad y respeto.

Él es sabio, y mucho antes de que estés junto a él
sabe cuál es tu intención;
cuando estás con él
te guía, te enseña, te cuida,
te aconseja, te orienta
o simplemente te deja.

Espíritus

Los ojos nunca se cansan de mirar
y cuando se vuelven tierra
o cuando los volvemos cenizas
siguen mirando
desde el alto cielo azul.

Otros divagan vigilantes
por los caminos de nuestro territorio
alumbrando como minacuros.

Con canto de loina

¡Oh Taita Yagé!
gran Taita dueño del saber
eres hombre,
eres planta, eres gente;

planta sagrada de la luz
bejuco mágico
cantando vas al mundo de vidas pasadas
con canto de loina danzas
con viento de guaira vuelas
con tu espíritu vas buscando.

¡Oh Taita Yagé!
hoy hago humo y recojo copal
busco palo santo
hago fuego y camino a la vez
con incienso
a ti Taita, en tu viaje
te quiero acompañar.

Agonía

Sol muriendo cuando pasa el tiempo
noche atentando contra su existencia
hombre viviendo día y noche
muerte naciendo de tus propias manos.

Agua corriendo
hacia el horizonte trazado por Shinÿe
hoy te pregunto:
¿Abre hecho camino
para que no llegues a él?

Sol estás muriendo de sed
ella, no llegó en el día
de alto calor
¿Hacia donde fue?
¿Quien la desvió?

Somos danzantes del viento

La poesía
es el viento que habla
al paso de las huellas antiguas.

La poesía
es un capullo de flores hecho palabra;
de su colorido brota el aroma
que atrapa a los danzantes del aire.

En sus entrañas guarda
el néctar que embriaga al colibrí
cuando llega a hacer el amor.

La poesía
es la magia de las orquídeas.
Sus bellos versos hechos colores
se nutren de la vida pasada de los leños viejos.

La poesía
es el fermento de la savia para cada época;
los mensajeros llegan, se embriagan y se van
danzando con el viento.

La muerte

Uno

La muerte,
de ella no se habla en cualquier momento
sino cuando alguien se va por este nuevo camino;
los camëntsá no tienen tiempo
para hablar de ella,
solamente piensan, hablan y hacen la vida
mientras se pueda.

Dos

Si hablamos de ella
la estamos llamando.
Pueda que nos lleve.

Sueño ancestral

Un hermoso sueño hoy me acompañó
en el descanso del amanecer
miraba que todo mi pueblo
sin parar bailaba una sola danza
que mil sonidos de origen natural
creaban un ritmo armónico y ancestral;
soñaba que niños, jóvenes y ancianos
todos a la vez bailaban juntos
y las mujeres hermosas adornadas
con miles de flores tomadas del jardín
su ritual exótico de danza y canción
entraban a la Tierra y al Padre Sol
versando frases de agradecimiento
por la vida de mi Pueblo Kamënt¨sá;
al danzar, regaban flores de miles colores,
plantaban por los caminos recorridos
las semillas sagradas de prosperidad
para que mañana también dancen
los hijos de ellas que en su vientre se formarán;
al final de la marcha
con paso lento y voz baja en su cantar
llena de arrugas en su rostro Kamënt¨sá
decía a sus hijos una Anciana Batá:
¡Cuidad de la Tierra
que es vuestra Mamá
adornad su rostro
y no la dejes arrugar
sembrad muchas flores
para mañana adornar
las hermosas mujeres
del Pueblo Kamënt¨sá.