Poetas

Poesía de Colombia

Poemas de John Fitzgerald Torres

John Fitzgerald Torres, nacido en Bogotá, Colombia, el 23 de noviembre de 1964, se erige como una figura destacada en la literatura infantil y juvenil. Su obra ha trascendido fronteras, siendo publicada en diversos países como Colombia, Argentina, México, Ecuador, Centroamérica y Estados Unidos.

Como escritor prolífico, ha sido galardonado con importantes premios, entre ellos el Premio Iberoamericano de Literatura Infantil y Juvenil Norma – OEI por su novela «Lo que una vez hicieron los alienígenas«. También ha recibido reconocimientos como el VI Premio de literatura Infantil y Juvenil El Barco de Vapor por su libro «¡Por favor, ¡no leas este libro!» y el Concurso Nacional de Cuento Infantil Comfamiliar 2020 por «El secreto del libro invisible«.

Torres no solo ha destacado por su labor como escritor, sino también por su contribución al análisis y promoción de la literatura infantil y juvenil en Colombia. Ha sido parte de importantes proyectos de investigación y ha impartido conocimiento como docente en instituciones educativas de renombre, incluyendo la Pontificia Universidad Javeriana y la Universidad Nacional de Colombia.

Además de su labor académica, Torres es reconocido por su participación en el ámbito cultural. Fundador y director del Festival Internacional de Poesía de Bogotá, ha contribuido al enriquecimiento del panorama literario no solo de su país, sino de toda Hispanoamérica.

Su obra literaria abarca una amplia gama de temas, desde la construcción de identidad en la infancia hasta los fenómenos migratorios contemporáneos. Con una prosa hábil y lúdica, Torres invita a sus lectores a reflexionar sobre diversos aspectos de la vida a través de sus novelas, cuentos y poesías.

En sus últimos trabajos, como «La invención de Marcelino» y «Los renacientes«, Torres ha explorado la intersección entre la ficción y la realidad, llevando a los lectores a través de historias que capturan la esencia de la sociedad colombiana y la complejidad de sus transformaciones.

Con una trayectoria en constante evolución, John Fitzgerald Torres continúa dejando su huella en el mundo de la literatura, inspirando a lectores de todas las edades con su imaginación y creatividad sin límites.

Silogismo

Y si uno que huye perseguido se detiene por un segundo
para leer este poema en el que un hombre perseguido
se detiene por un segundo para asomarse en un poema
que le salva de sus perseguidores,

y un disparo le atraviesa el corazón.
Para despejar las dudas sobre la existencia trascendental del poeta

¿Será deber del poeta mostrar su desnudo
o descubrir en los otros su desnudo
y mostrarlo?
¿Será su trabajo andar abriendo jaulas
o meter su nariz en todas partes?
¿O no, el poeta no tiene trabajo
no sabe qué hará este año
sólo se tiene a sí
y casi nunca come?
¿Será su destino juntar mucha miseria
surcar la gloria
o escribir solo sus cositas?

El poeta abre los ojos

Dándole vueltas y poniéndole seso
He descubierto que una de las maneras
Mejores de escribir un poema es
Hacerlo sin pensar en el mañana, o mejor
Pensando en que el mañana no existe
Y que entonces el poema no tiene misión
Que está de antemano condenado a perder
Y que el tiempo que se emplea en escribirlo
Hubiera podido ser el tiempo necesario
Para que las cosas cambiaran,
de modo que el poema
Habiendo de todas formas sucumbido
No sea la luz diminuta donde nace
Cada día, en medio de lo negro,

el mañana.

Versos de pájaros

Estos virtuosos del canto
estos escribas del aire
de dónde sacan
tanta humildad
si un trino, un aleteo
uno solo de esos dones
basta
contra cualquier palabra

2

En el recuerdo
el pájaro fue más veloz
que la piedra
lanzada por la mano

3

En medio de la avenida
el hombre ciego
afina el acordeón
con su canto

4

–Pá ja ro –dice la madre, cantando
–Pá ja ro –repite el niño, aprendiendo el juego
–pájaro
–pájaro
y en medio de sus risas
echa a volar

5

Principio de terror:
un destello felino
en el alma del pájaro

6

En la jaula
su canto
sólo parece
el mismo

Invocación

Padre
ahora que has muerto
es hora

ven
hablemos

Domingo en la tarde

Entre el rugido de las graderías
agitando los brazos en alto
un hincha celebra la anotación

Uno contrario se acerca por detrás
y perfora sus pulmones
con una cuchara de hierro

En la grama herida de patadas
el árbitro decide anular el tanto
el orsái es clarísimo

Todo en el mismo segundo
en occidental
en el lado de la sombra.

Sentencia

Nombrar el mundo revierte
en el derecho de poseerlo.
Nombrar otorga posesión
sobre aquello que antes fuera extraño.
Tras la nominación
aparece la dominación.
Para nada es un descubrimiento.
Todo el positivismo científico
se ha soportado sobre este pilar.
Lo que puedes nombrar
no te será ajeno
Lo que puedes nombrar
de alguna forma
te pertenecerá para siempre
aunque no lo comprendas del todo
aunque te condene.

Y en tal artilugio las palabras
las inofensivas
juegan el papel más importante.

De lo perdido

¡Ayayayay!
¡Canta y no llores!

Nunca se reemplaza lo perdido
otro objeto que ocupe ese espacio
jamás gana a nuestros ojos
otra condición distinta a la de lo extraño:
con el paso de los días
su existencia adquiere
la forma de una pregunta.

(Uno que pierde sus manos
carga hasta el final de su vida
con la virtud prensil
de la que fue suprimido,
aunque ya le sea inútil)

El que estuvo rabiosamente enamorado
jamás recupera del todo
su cabeza o su corazón.