Poetas

Poesía de España

Poemas de Roger Wolfe

Roger Wolfe es un escritor inglés que vive en España desde su infancia. Su obra abarca la poesía, la narrativa y el ensayo, y se caracteriza por un estilo crítico, irónico y desgarrado, que se sitúa entre el expresionismo y el realismo sucio. En este artículo, vamos a repasar su trayectoria literaria y sus principales obras.

Wolfe nació en Westerham, Kent, en 1962. Su familia se trasladó a Alicante en 1967, donde cursó sus primeros estudios. En 1980 volvió a Inglaterra para estudiar lengua y literatura inglesa y francés en el West Kent College. Ha residido también en Oviedo y actualmente vive en Madrid.

Su primer libro de poemas fue Diecisiete poemas, publicado en 1986 por Ángel Caffarena. Desde entonces ha publicado más de una decena de libros de poesía, entre los que destacan Días perdidos en los transportes públicos (1992), Arde Babilonia (1994), Mensajes en botellas rotas (1996), Cinco años de cama (1998) o Gran esperanza un tiempo (2013). Su poesía ha sido recogida en varias antologías, como Días sin pan (2007), Noches de blanco papel. Poesía reunida (1986-2001) (2008), Algo más épico sin duda (2017) o La poesía es un revólver apuntando al corazón (2019).

En su poesía, Wolfe combina el lenguaje coloquial con el culto, la ironía con la rabia, la crítica social con la introspección. Sus temas son la soledad, el amor, el sexo, la muerte, la política, la cultura o la vida cotidiana. Su tono es a menudo desencantado, nihilista y provocador, pero también lúcido y sensible. Algunos de sus referentes son Charles Bukowski, Blaise Cendrars o Fernando Pessoa.

En el campo de la narrativa, Wolfe ha publicado novelas como El índice de Dios (1993), Mi corazón es una casa helada en el fondo del infierno (1996), ¡Que te follen, Nostradamus! (2001) o Tiempos muertos (2009). En ellas explora las contradicciones y los conflictos de la sociedad contemporánea, con un estilo directo, ágil y humorístico.

En el ámbito del ensayo, Wolfe ha escrito libros como Hay una guerra (1997), Oigo girar los motores de la muerte (2002) o Siéntate y escribe (2011). En ellos reflexiona sobre temas como la literatura, el arte, el periodismo, la educación o la política, con una visión crítica y comprometida.

Wolfe también ha desarrollado una labor periodística y musical, y ha traducido obras de autores como John Fante, Raymond Carver o Charles Bukowski. Su obra ha sido reconocida con premios como el Ciudad de Irún (1994), el Jaime Gil de Biedma (1997) o el Antonio Machado (2012).

El peso

Es esta condenada
impotencia.
Esta ausencia
hasta de rabia.
Este peso.
Sí, este peso:
como un frasco
de aspirinas
en un estómago
vacío.

Laguna

Nadie que habiendo estado,
pongamos por caso, paseando
al perro por una calle
céntrica y desierta
a las tres o tal vez a las
cuatro de la tarde,
no se haya topado
de repente
con una figura desarrapada y sucia,
descompuesta más allá de cualquier
posibilidad de remisión,
que le ruja a voz en grito
desde la otra acera: «¡Hombre!
¡Mi colega de nariz! ¡Qué tal!»,
para correr luego tras él
como una especie
de rémora renqueante
y jorobada,
sin que consiga acordarse
de quién demonios es, y
lo que es aún peor,
no quiera recordar
aunque fuera capaz de hacerlo,
sabrá nunca
lo que significa
la palabra
desasosiego.

Parpadeo

Pedro Salinas
dice en un poema
que no quiere dejar de sentir
el dolor de la ausencia
de la mujer a la que ama
porque eso es lo único
que le queda de ella:
el dolor.
No recuerdo sus palabras exactas.
Él lo dice mejor que yo.
Eran otros tiempos.
Salinas está muerto.
La mujer a la que amaba también.
Pronto lo estaremos todos.
La vida es un mero parpadeo.
Abre los ojos
y ciérralos

Solo

Es como siempre
habías querido
estar
y no podías
hasta que
de repente
lo estás
y entonces
ya no quieres
estar solo
pero claro
quién no quiere
lo que no tiene.

Tanto monta

Te dirán
que vales
lo que eres
y no lo que tienes.
Y tendrán
razón:
sin dinero
es cuando vales
exactamente
lo que eres:
nada.

Democracia

Otra maldita tarde
de domingo, una de esas
tardes que algún día escogeré
para colgarme
del último clavo ardiendo
de mi angustia.
En la calle
familias con niños,
padres y madres
sonrosadamente satisfechos
de su recién cumplido
deber electoral;
gente encorvada sobre radios
que escupen datos, porcentajes
en los bancos.
Corderos de camino al matadero
dándole a escoger el arma
al matarife.

Sofisma

Y ahora
que estás
en España
que como
ya sabrás
es un país
en el que impera
el Estado
de Derecho
nunca olvides
que tu libertad
termina
donde empieza
la libertad
de los demás
le dijo
el funcionario
del Ministerio
del Interior
al inmigrante
magrebí.