Imposturas
Frank Padrón
Isliada propone a sus lectores una selección de poemas del libro inédito Los hombres nunca fueron fieles
15 000 latas de atún y no tenemos cómo abrirlas
Jorge Enrique Lage
Cuando terminé mi primera novela la llevé a la editorial Letras Cubanas (oigan cómo suena: Letras Cubanas) y allí me dijeron que no estaban recibiendo originales. Más exactamente: que no estaban publicando libros...
Dioses a la carta
Carlos Duarte
Hacía muchos años que vagaba por la vida con la sensación de albergar un vacío absoluto en alguna parte de mi organismo. Comía y comía pero no lo llenaba, ergo no era en el estómago. Respiraba fuerte y hondo pero nada: obvio, la cosa no era en los pulmones.
El fin de la verdad
Alejandro Cernuda
Era de noche cuando comenzaron los golpes en la puerta y Emma se pegó el tiro. La bala atravesó el cráneo y los pedazos de cerebro mancharon la cama antes que la muchacha cayera sin vida sobre la almohada...
El mar inmóvil
Daniel Díaz Mantilla
Sobre las afiladas olas del mar inmóvil va, trabajosamente, la larga caravana de hombres recios y callados en busca de la tierra escurridiza. Un antiguo profeta les prometió ese suelo donde sólo una simiente germina, florece y da frutos: la simiente del bien. Y sobre las agudas crestas van quedando cercenados los cuerpos de estos ambiciosos viajeros que desterraron de sí la bella tierra para buscarla en imposibles confines, creyendo que por ello sería mayor su recompensa.
Las lecciones del vampiro
Miguel Terry Valdespino
Una semana antes de que yo cumpliera los cuarenta y nueve, mi esposa armó sus maletas y se fue a vivir con un tío que decidió dejarle su casa en herencia. El viejo no viviría demasiado. La herencia vino a acelerar el fin de un matrimonio muerto..
Sacrificio
José Luis Fariñas
Había cosas que quería para siempre: ardides, plenilunios, coleópteros de marzo, pánicos vitales de color azul prusia tostado, la semilla heptagonal de una noche de infancia bajo unos canisteles en flor o el dibujo escabroso de los días más imposibles, esos donde parece suceder sin detenerse la danza macabra de la felicidad...
Blowing in the wind, revisited
Raúl Flores Iriarte
¿Cómo deletrear literatura? ¿Cómo deletrear ficción? Conceptos difíciles donde el fin es el principio, es el final y, a veces, ni tan siquiera eso. En palabras de Jean Paul Sartre: “Escribir es una cierta manera de desear la libertad”.
Confesiones
Obdulio Fenelo
La segunda vez que lanzó la mirada a la calle, la dejó rondar las fachadas disparejas, elevarse sobre el montón de construcciones y caer de golpe contra el campanario de la iglesia. A esa hora del día el crepúsculo acentuaba el color amarillento de El Sagrado Corazón y lo tornaba irreal. Siempre rezaba antes de hacer un trabajo, así resolvía lo del arrepentimiento...
De vuelta a mi solar
Pedro Pérez Rivero
El espacio habitacional más representativo del lecho urbano habanero es aquel que llamamos solar, uncido a los estratos sociales más humildes; pues todos sabemos que se trata de una precaria posibilidad de vivienda, a lo largo de su historia.
Ciento cinco escalones
Sergio Cevedo
¿Y qué? Nada, pasaba por aquí. Abre la puerta un poco más, espera porque entre y luego de cerrarla, avanza al centro de la sala. Así que más o menos pasabas por aquí, pero te molestaste en detenerte y en contar escalones hasta este quinto piso. No los conté...
Minucia
José Martín Díaz Díaz
Minucia no era persona, tampoco animal, supongo. Parecía un muñeco para niños, sin especie definida. Cuatro patas con manitas. Orejas redondas. Grandes ojos.
Luis Pérez, el que no salió de La Habana
Rafael Grillo
Llamémosle a esto “resaña” en lugar de reseña… En definitiva, hablaré de un libro titulado Adiós, Habana, donde, en cambio, nunca se escapa de los límites de esa ciudad acaso incierta, a la que muchos tildan de mítica o legendaria…
Súplica a San Judas Tadeo y otros poemas
Luis Manuel Pérez Boitel
En el divertimento de mis días, la luz gravita/ sobre las cosas que amo, cosas imposibles; advierto que nada pasa/ y ruego bajo estas palabras en tu venidero día, en el mañana dispuesto./ San Judas Tadeo ojalá que la felicidad no sea otra/ que una razón mayor contra las cosas imposibles.
El viejo que se comía la suerte
Mario Brito
Soligial llora por no ser como debía ser. Llora por no haber sido nunca como siempre quiso. Por su mala estrella. Llora con rabia. Por haber sentido rabia. Por haber sido siempre un animal. Porque de un animal femenino de trabajar y fornicar, había degenerado en un animal doméstico, aguantón y resignado...
Fangio’s in memoriam big race
Yoss
The sweden Thor Olafssen, number one de la carrera, atravesó the colossal holograma publicitario bilingüe like a silver arrow y dobló around el Memorial Castro sin aminorar the speed, pero without neither derrapar por eso...
Tres Poemas
Reynaldo García Blanco
Textos inéditos del poeta espirituano residente en Santiago de Cuba, cedidos por su autor a Isliada
El cangrejo volador
Onelio Jorge Cardoso
Había una vez un cangrejito nuevo que estaba haciendo un hueco profundo en la tierra, cuando, sin más ni más, vino una paloma torcaza a darle conversación...
La deuda
Rafael A. Inza
Dijo toma, y me puso cien dólares en la mano. Si lo haces bien hay doscientos más. Es mucho dinero, el que nadie me pagó nunca, solo que al médico no le importa. Está millonario, por eso todo el mundo quiere cumplir misiones...
El Pueblo de Siracusa
Antonio Enrique González Rojas
La primera Gran Rebelión comenzó cuando el filósofo Aquilonte demostró cómo, por una misteriosa razón sólo revelada a los dioses, todo objeto, fruto o persona, por mucho que ascendiera, caía irremediablemente al suelo.