Poetas

Poesía de Francia

Poemas de Bernard Noël

Bernard Noël (Sainte-Geneviève-sur-Argence, Aveyron, 19 de noviembre de 1930 – Laón, 13 de abril de 2021) fue un poeta, ensayista, crítico de arte, novelista y traductor francés. También es conocido bajo el seudónimo de Urbano Orlhac.

Poeta, novelista, ensayista, crítico de arte, su amistad con el pintor y su amor por la pintura lo llevó a colaborar en la realización de muchos libros de artista y, más recientemente, para ilustrar algunas sí mismo. Aclamado por Louis Aragon, André Pieyre de Mandiargues y Maurice Blanchot, la obra de Bernard Noël dio a la poesía un papel unificador, ya que determina la necesidad y el espacio.

Noël publicó su primer libro de poesía, Les Yeux Quimeras, en 1955. Esto fue seguido por los poemas en prosa Extraits du corps (Esencia del cuerpo o de los extractos del texto). Esperó nueve años antes de publicar su siguiente libro, La Face de silence (La cara del silencio, 1967), y, finalmente, el polémico Le Château de Cène (El castillo de la última cena, 1969), ficción erótica que se ha leído como una protesta contra la guerra en Argelia, y por la que fue enjuiciado por la justicia francesa por motivos de desorden contra la moral.

De paso en el Athos

I

una palabra busca mi corazón yo a su alrededor
busco cómo se adhiere a su presente
algo de esto que aquí flota
devastación ruina por todas partes y mientras
su hermosa imagen es mordida por el tiempo
san Juan moja su pluma en la luz
con gesto constante pero el chorro luminoso enfoca
no se sabe qué parte del cuerpo ahí
unas moscas van a libar su polvo luego
vuelan hacia el fondo de la bóveda donde Dios
se ha ennegrecido tanto que está en negativo
el águila y Juan el mismo halo y más que un ala
en el león de Marcos el ojo un laguito de lágrimas
Lucas con el rostro comido por el moho
se ha vuelto un negro de barba blanca
nada de Mateo solo un agujero en el enlucido
y unos huesos de ladrillo rosa un abejorro
lleva mi mirada hacia arriba la cúpula
en el primer círculo restos de un hombro
en el segundo ocho ángeles seis alas cada uno
dos hacia abajo dos a lo alto dos abiertas
el conjunto de una sensualidad extrema
dos veces aparece cada ángel dotado
de la zona tan hendida que los humanos
tienen una sola vez y el amor habrá de hacerse
en un abrazo de lo alto y lo bajo
circular y sin fin una rueda siempre
en movimiento el mismo abejorro baja
hacia la rociada de excremento fresco mi ojo
inflamado en cambio no osa servirse de él
pero tal vez confundo excremento y hiel
y heme aquí en medio de este día
la mirada de pronto quebrada por el sol
el vacío y el miedo a la escalera podrida
los ojos tantean el aire hacia su izquierda y surge
la brusca sorpresa
/ el Blanco el Blanco el Blanco
impulsa al fondo del cielo su erección de tiza
y por encima de vida muerte y realiadd
planta un formidable NO a sus razones

EL RESTO DE UN POEMA

2

llamamos recuerdos a nuestras ruinas
arena de sílabas y nombres
donde el alfabeto desova una oscura necesidad

4

el cuerpo es un presente siempre incompleto
su propia unidad se pierde en el fondo
en la masa carnosa de su continuidad
todo lugar orgánico es un lugar de paso
flujo resaca latidos pulsiones movimientos
la vida no es nunca la misma en el mismo lugar
es una ráfaga atravesando la carne
los huesos escriben batidos por ese aliento
una frase en nosotros blanca e indescifrada

11

los muertos nos miran morir y sonríen
de nuestra torpeza al cambiar de piel
tienen la distancia y ya la costumbre

26

una quijada de burro el ruido de un golpe
el comienzo valía ya el fin
con toda esa sangre manando en la fuente
el tiempo pliega allí su primer sudario
el puñado de tierra cae sobre la boca

AUBRAC

nieve y niebla la niñez perdió el rumbo
un trozo mojado de cielo tapa la ventana
el tiempo es un hueco que va siempre delante
trampa abierta demasiado pronto para el último minuto
más abajo el invierno se acuesta en la luz
no queda en el aire sino un poco de vaho blanco
recuerdos caen de quién sabe qué árbol
cuya memoria rompe todas las ramas

TGV

la noche viene lenta y gris un virus en el aire
la mirada busca sentir su invasión
un humo tres casas un trazo de nieve
cómo ver la penetración de la imagen
su resaca cuando la expulsan las palabras
mas nada y nada y nada un anillo de luz
algunas formas entrevistas en la velocidad
lengua barrida por el vendaval del tiempo
lo negro ya empapó todo el espacio
cada cosa así reducida a su humo
se dilata la soledad en el vidrio

PERILLOS

flores de niebla en el río de aire
cubren poco a poco toda la vista
el espacio está preñado por la niebla del tiempo

TULUM

al dejar de existir los dioses hacen en el aire
un vacío donde viene a depositarse la luz
todos sus monumentos se concentran en el borde
debajo la tierra fija sus viejas olas
se ve en un frontón al dios descendiendo
debía arrastrar la lluvia en su caída
es el cielo que cae hoy en la piedra
para muy suavemente liberarnos el corazón
entonces la vista se extiende hacia el confín del tiempo
igual en sus fondos al mar Caribe
el agua verde ha tomado lo divino entre sus pliegues
todo termina con el latido el rumor
todo empezó así

HOUSTON

un millón de habitantes más en ocho años
lo que la hace cuarta con cuatro millones
sin embargo el campo aún está en todas partes
verdes robles matorrales de boj y azaleas
jardines con cardenales rojos y arrendajos azules
pero sin transeúntes sólo algunos sopladores
de polvo y hojas secas que mueven
en vano nubes a ras del suelo
entrada gratuita a la Capilla Rothko
tiendita de silencio y olvido
donde la vista se enciende fijando superficies
que reflejan lo que se mueve en el fondo del cuerpo
el negro es el único color de lo interno
y el único saber es hacer de él una puerta