Poetas

Poesía de Perú

Poemas de Hélard Fuentes Pastor

Hélard Fuentes Pastor, nacido en Arequipa en 1990, se erige como un destacado historiador y escritor peruano. Heredero de una ilustre estirpe intelectual, sus obras abarcan tanto la investigación histórica como la creación literaria. Su trayectoria académica lo llevó a destacarse como el primer estudiante en publicar un libro mientras estudiaba Historia en la Universidad Nacional de San Agustín.

La pluma de Fuentes Pastor se ha dedicado a rescatar aspectos cruciales de la historia peruana, desde la vida cotidiana hasta los personajes más relevantes del periodo republicano y contemporáneo. Su colaboración con diversos medios como el diario El Pueblo y el Diario Correo de Arequipa, así como con semanarios de renombre, ha permitido difundir sus investigaciones y reflexiones sobre temas que van desde la política hasta la cultura popular.

Entre sus numerosas obras, se destacan títulos como «La lucha del pueblo arequipeño en junio de 1950«, «Gol Rojinegro«, y «Cerro Colorado: visión histórica de un distrito«, entre otros. Además, ha ejercido como jurado en prestigiosos concursos de ensayos históricos y cartas de amor, así como en eventos educativos y culturales a nivel regional y nacional.

Hélard Fuentes Pastor no solo es un prolífico escritor, sino también un activo defensor y difusor del patrimonio cultural y la memoria histórica de su tierra natal. Su incansable labor como investigador y su pasión por las letras lo convierten en una figura indispensable en el panorama intelectual peruano.

CAMPO INERTE

El campo
Repleto
De tornillos,
Surtido,
Volandas las nubes…
Respiro…
Aire crudo
De ciudad.

Caso perdido,
Siento:
La melodía,
Parlante,
Simplista…
Badajo… campanadas,
De un claxon,
Relámpago.

Mazo férreo,
Tornados,
Sacuden el
Corazón…
Dura piedra,

Hojas sin
Clorofila,
Flores por lo más
Eternas.

Ya siento
El cuchicheo de
Las tuercas,
Del metal
Imán,
Atrae…
La naturaleza
Muerta.

ELOGIO A LA VIRGENCITA

Su rostro de cera,
sus manos de porcelana,
sus ojos de cristal,
sus labios rosillos,
su trenza dorada,
su nariz aguileña,
¡ahí va ella!
cual perfil destella…
la madre como una estrella…

¡Ahí va ella!
con sus pendientes de fe,
y de su cuello cuelgan…
los eslabones de la esperanza,
por ver crecer
al hijo de sus entrañas.