Cuentos Cubanos

Algunas cosas perduran

Pedro Juan Gutiérrez

Anoche, en medio de la música, las borracheras y la algarabía habitual de cada sábado, Carmencita le cortó la pinga a su marido. No sé cómo fue porque intento mantenerme al margen de esta gente. En realidad estoy aterrado, pero ellos no deben percibirlo. Si olfatean que me molestan y que me dan miedo, estoy perdido...

El galán de las lechugas

Baudilio Espinosa Huet (Bao)

Mi empate con el ángel claroscuro ha estremecido a la fauna cuyo hábitat principal se reparte entre El Antro, La Marquesina y el Parque. Yo los tenía acostumbrados a darme mi jebita linda a menudo. O linda o riquita, o inteligente, o de moda. Vaya, jebitas de esas que marcan puntos...

Cuestión de tiempo

Leonardo Gala Echemendía

—Un gato… nieve… una pintura en un cuadro… —el hombre frente a mí endurece la mirada— …una pieza de porcelana… un perro… —Puede continuar —interrumpe su compañero. Extiende la mano, y toca a otro transeúnte. Lo detiene. El hombre frente a mí me dedica una última mirada. No, no es de amenaza...

Perro mundo

Marcial Gala

Es de noche aún, dije. Hace frío, dijo Katy, mejor nos ponemos en movimiento porque me parece como si las piernas se me fueran a congelar. Aguanta, tú sabes que ese CVP es un hijo de puta y aún me duele el culo de la patada que me dio la última vez...

Adiós a mamá

Reinaldo Arenas

«Aventurero de muchas agallas, barroco fabulador al que ni los suplicios ideológicos ni la ciudadela del capitalismo pudieron domesticar», así describe Mario Vargas Llosa a Reinaldo Arenas en las páginas que anteceden a Adiós a mamá. Se reúnen en este volumen una serie de cuentos póstumos, publicados tras la clamorosa acogida que el público dispenso a Antes que anochezca, la alucinante autobiografía de su autor. Cuentos en los que lo mágico se aúna con lo real, escritos entre el mundo aniquilado por el comunismo y el desangelado mundo que Reinaldo Arenas encontró al otro lado del mar de los Sargazos.

El olor de los autos en las tardes que duelen

Carlos Manuel Álvarez

Una sombra se acerca por detrás y le deja caer, escurridizamente, la mano sobre el hombro. No le parece una buena señal. No le gusta que lo sorprendan. Lo pone de mal humor. Aunque solo lo exprese de manera imperceptible o ni siquiera lo exprese, pues Nelson Bomarzo es, lo que se dice, un hombre parco, de poquísimas palabras...

Leticia

Carlos César Muñoz García del Pino, David Alfonso Hermelo

Soy Leticia, heroína legendaria y defensora de los desgraciados, las viudas y los pajaritos. Mi nombre es conocido en cada polo, mis hazañas atraviesan los tres mares y mi valor es cantado por cada bardo en cada taberna...

Lo secular

Marcial Gala

Existió hace algún tiempo un hombre llamado Jacobo Altman que era cazador de vampiros. Tenía todas las condiciones para ello, buena memoria y paciencia, virtudes estas que la gente suele confundir con sabiduría. Si alguna ciudad necesitaba librarse de vampiros, el alcalde hacía llamar a Jacobo Altman.

Ana

Denis Álvarez Betancourt

La primera vez que divisé a Ana, estaba sumergida entre los brazos de un dragón enorme de ojos de fuego. Alex, creo se llamaba, y se consideraba el mejor ejemplar en casi toda la selva conocida. Fuerte, de pecho brillante y en donde mi Ana aparecía como un músculo más. Me cuidé de no mirar mucho tiempo, no se fuera a malinterpretar, pero, desde el fondo de aquella mole, dos ojos suplicantes me dijeron: “Rescátame y seré tuya para siempre”..

La Mandrágora

Jorge Luis Rodríguez Reyes

Dejó de escribir aquella mañana, cuando sintió vértigo al ver la columna de una fabulosa Mandrágora en el semicírculo de letras de la máquina de escribir. Súbitamente retiró los dedos del fierro lustroso, y con guantes de material sintético la llevó a la intemperie, dejándola en medio del patio colonial...

El «Incidente Johnson-Muñoz»

Gabriel J. Gil

El público aullaba enardecido, atestando las gradas de la vieja sala habanera Kid Chocolate, hace poco reacondicionada por completo para el pugilismo cerebral. Las apuestas, legales e ilegales, estaban por las nubes...

Francisca y la muerte

Onelio Jorge Cardoso

—Santos y buenos días —dijo la muerte, y ninguno de los presentes la pudo reconocer. ¡Claro!, venía la parca con su trenza retorcida bajo el sombrero y su mano amarilla en el bolsillo...

Sinfonía para un crimen

Yamilet García Zamora

Oyes el sonido del cañonazo —todavía se puede escuchar en Centro Habana, caray— y entonces, solo entonces, apuras el paso. No hay crimen perfecto, y las palabras de tu amiga, la escritora policíaca, resuenan en tus oídos. Sí, sí lo hay, solo hay que pensar un poco las cosas, saber hacerlas.

Casta sin nombre

Herbert Toranzo

Le tocaba hoy hasta el mediodía. Rogelio la recibió con impaciencia, vestido para la calle. —Menos mal —rezongó—. Ya deben de estar esperándome. —No te demores. A las dos tengo un ensayo —Fernanda pareció recordar algo y miró en redondo. Se hizo luego de un tono confidencial, conspiratorio—. ¿Dónde está?

El papagayo

Humberto Arenal

Antes, Maggie tuvo una secreta debilidad por Tony Restrepo. Hasta le perdonó que se casara con su hija Peggy, que entonces tenía 17 años, y que la hiciera abandonar sus estudios en la Universidad. Le gustaba, a pesar de su piel oscura, su cara de indio y su acento latino al hablar, que ella tanto odiaba en los otros estudiantes latinoamericanos que venían a la casa...

Shift

Juan Pablo Noroña

Los cinco representantes esperaban sentados alrededor de la mesa de reuniones. Esperaban. El de más edad se inclinó sobre la mesa para poder ver en dirección a la puerta. —El chino no viene, y son las nueve —dijo—. Media hora aquí viéndonos las caras...

Somos nosotros

Fidel Antonio Orta

Yo también prefería el sobrenombre. Tal vez misterioso, tal vez oscuro, pero mejor, Casona siempre resultó mejor. Distinguida versión tropical de un elegante estilo neoclásico todavía vivo entre columnas y decorados exteriores.

Arbitrio judicial

Jeffrey López Dueñas

En el estrado, con la negra toga ondeándole alrededor del cuerpo y el birrete graciosamente ladeado sobre la cabeza, dejaba de ser un hombre común para transformarse en alguien único…

La espalda marcada

Yunier Riquenes

Antes de meterse a la ducha se detiene en el espejo. Las manos le recorren la cara, los labios y los lados de la nariz. Le había respondido no pasa nada; y no pudo disfrutar la mejor parte aunque se lo propuso. Quizás por eso no logró gemir con desesperación, ahogarse.

Testigo

Ian Rodríguez Pérez

"Esto huele a perro muerto en la carretera" ha llegado a ser la expresión que con más frecuencia tienes a punta de colmillo para referirte a una situación embarazosa, pero no es la única.