Poetas

Poesía de Perú

Poemas de Alberto Hidalgo

Alberto Hidalgo Lobato, nacido en Arequipa el 23 de mayo de 1897 y fallecido en Buenos Aires el 12 de noviembre de 1967, fue un poeta y narrador peruano de marcada individualidad. Pionero en la vanguardia literaria hispanoamericana, su obra refleja un profundo compromiso ideológico y una búsqueda constante de nuevas formas expresivas.

Hidalgo, además de su actividad literaria, se destacó por su participación política, militando en el Partido Aprista Peruano aunque posteriormente renunció debido a la corrupción que percibió en la organización. Abandonó sus estudios de medicina en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos para dedicarse por completo a la poesía.

En el ámbito vanguardista, Hidalgo tuvo un papel relevante, colaborando con figuras como Jorge Luis Borges y Vicente Huidobro en la edición del «Índice de la nueva poesía americana» en 1926. Este círculo le permitió relacionarse con otros exponentes del movimiento, como Xul Solar, Ricardo Güiraldes y Oliverio Girondo, entre otros.

Su obra poética, caracterizada por su ideología izquierdista y combativa, se ve reflejada en poemarios como «Carta al Perú» (1957) y «Poesía inexpugnable» (1962), donde aborda los días de guerra y la situación política de su país. Además, incursionó en el cuento con «Los sapos y otras personas» (1927) y en el ensayo con «Diario de mi sentimiento» (1937), ofreciendo una visión crítica y personal del ambiente artístico de su época.

Hidalgo también destacó por su labor como editor, fundando revistas como Oral y Pulso, y por su contribución a la divulgación del psicoanálisis en Argentina bajo el seudónimo de Dr. J. Gómez Nerea.

A pesar de su relevancia literaria, Hidalgo recibió reconocimiento póstumo, siendo galardonado con el Gran Premio de Honor de la Fundación Argentina para la Poesía poco antes de su muerte en 1967. Sus restos fueron repatriados a Arequipa en 1971, donde reposan en el Cementerio General de la Apacheta.

La obra de Alberto Hidalgo, marcada por su compromiso social y su búsqueda constante de innovación, lo consolida como una figura indispensable en la literatura peruana y latinoamericana del siglo XX.

FUNCIÓN DE TU PRESENCIA LEJANA

Sólo el recuerdo nos separa con su empecinamiento de montaña
Sólo el recuerdo nos desune con su hacer ver que estás distante.
Mujer por todos lados, de la cabeza a los pies, principio a fin, mujer sin treguas,
en este lado de mi vida y al otro lado de mis años
todavía te alcanzo, todavía
Entre los dos hay un incendio de llamas cárdenas perladas,
pues por servirte cambia color el mismo fuego.
Entre los dos hay llamaradas horizontales,
pues en tu honor cambia la geometría de las cosas
Entre los dos está tu cuerpo
Tus dos propósitos bien realizados de dar mirada a lo profundo
como si fueran expresión de la fatiga de los siglos,
por los rincones de mis noches me persiguen
e iluminan el remanso de mi sueño con su luz negra,
y sé por eso que lo negro no es tan negro como el color triste de tus ojos.
Paso en medio de avenidas de campanas,
con armónica sucesión de escuchados terciopelos,
o tus silencios a mis lados forman fila
y yo me tiendo entre ellas como un camino largo que inevitablemente lleva a ti.
Te acumulé en mis oídos y aún me siento millonario de tu voz.
Te bebí me bebiste no bebimos
con la saciada sed que encendiera el ardor de nuestras tardes
Entonces todos fueron alivios en tu boca,
desde la que partían a reventarse en mi alma, hecha ya espacio,
tus cohetes luminosos en profusión de grados y colores.
Y hoy me queman, me queman esos besos.
¡Cicatrices de besos me dejaste!
Pero el recuerdo nos separa porque es echar de menos
En la memoria sólo vive lo sucedido, no lo actual,
y no hay dolor más grande que saberlo sucedido.
La posesión otra vez es una forma de anular la memoria,
la ausencia lo contrario que el olvido requiere.
Y si al recuerdo sólo lo cura la presencia,
¡Ven de nuevo a mis brazos para olvidarte un poco!

DE “CARTA AL PERÚ”

Oh país que en los ojos te reflejas igual que en una fuente
Oh país de los días abundantes
Oh país con superpoblación de simprelindas
País que en los canarios ejecuta las más hondas guitarras
País que ensaya primaveras en atención a sus deseos
País que mira al universo como un balcón al patio
País que da la sensación de estar pisando en aire firme
País al que la luz entra volando como una rápida azucena
País que a las tormentas las sacude como si fueran campanarios
País donde a los senos se los traduce sin dificultad
País donde a la sombra de los besos se vive una palmera
País que abre su espíritu como si fuera un puerto
País que se atribuye el firmamento como si fuera un águila
País donde a los odios se los tiene a la mano cual revólveres
País donde el paisaje en cuanto surge adquiere carta de ciudadanía
País en que es peruano el color del lenguaje en que se quiere
País donde es peruana desde que nace hasta que muere el agua
País donde es peruano hasta en las flores que lo dan el fuego
País donde es peruana la propia cara de la tierra.

Estética

Yo conocía
la emoción del ritmo;
pero desde el punto que te quise,
entiendo
el ritmo de la emoción.
Creía
que la poesía consiste
en los ritmos,
y en las imágenes,
y en la música de las palabras,
y en la rima,
y en las bellas frases,
y en la armonía
o la melodía del verso.
¡Mentira!
la poesía consiste
en ir juntando
un poquito de emoción
a otro poquito de emoción,
aunque cada verso sea
solamente
una palabra
o una modesta
sí-
la-
ba.
Y esta estética
la he bebido
en tu cuerpo
y en tu alma;
porque en ti se hallaba,
sin que tú lo supieras
ni
sos-
pe-
cha-
ras…

De Simplismo

El sepelio simplista
El zinc del cielo para el ataúd.
Soldadura de lágrimas.
La caja construida de recuerdo,
la madera mejor para los que se van.
El dolor
queda encargado de prestar los clavos
para ajustar la tapa.
¡Que la fosa la caven en el aire!

Ellas solas comprenden

En los mundos que salen de mi laboratorio a integrar lo
/imposible hay azucenas de
clavel jazmines de magnolia
uvas de naranja plátanos de limón
trigales en que el pan ya está hecho en la espiga
cultivos obtenidos en terrenos de poema o de música
porcelanas de hierro
una industria con relaciones exteriores y por eso secretas

Una palabra es almoperitud
y otra sebrotelena
ambas en este único momento sorprendidas
Quién no las reconoce bellas y significativas
cómo negar que expresan claramente algo que no se entiende

Jesús de un orbe al fin inaugurado digo
dejad a las palabras que vengan a mí

Semáforo

Mejor es que los ojos como lámparas trémulas se apaguen
Que los sonidos sean transparentados a donde nunca se los
/oiga
Que no acepten el vuelo de los vocablos
Que no haya casos cuando yo poeme

Pido la cesantía de las buenas costumbres del lenguaje
La defunción de la gramática
El aniquilamiento del sentido doméstico en el canto
Exijo ausencias cuando yo poemo

Propugno el culto de la errata
El celeste relámpago de la equivocación
El juego mágico de malentendidos entre versistas y leyentes
Para que juntos poememos en perseveración de este prodigio

El poemar repuebla al tiempo
Acrecienta el espacio de perspectivas y alrededores
Y en tanto que se espacia poemando
Se tiempa para siempre quien poema

Papá

Tenía el padre un parecido grande con la bondad
La misma frente iguales ademanes
Idéntica manera de moverse hacia los lados
Como distribuyéndose en las cosas
Como soltando partes suyas para que las asieran las personas
El padre y la bondad eran sosías

Entiendo que el tórax era poco
Año tras año ampliaba el domicilio en que alojaba el corazón
Y de tal modo éste llegó a ocupar todo su cuerpo
Allí a sus huéspedes brindaba atención de primera
En costumbre de abrazos en que cabían miles
Sin promiscuarse y sin hacinamiento
Porque al espacio su conducta cual si fuera de goma lo estiraba

No era una vela pero ardía
Pasiones contenidas no exportadas quemábanlo
Los libros que pensaba y no escribía eran su incendio
Las lecturas el ver el ansia de escuchar lo combustían
En la voz en las manos en los ojos se le pulsaban 39 grados
Hizo llamar a médicos y su diagnóstico fue absurdo
Por no dar en la tecla y no auscultarle el alma no advirtieron
Que él quería ser cielo y se iba en fuego
En lo que sale de la hoguera en fibra

La profesión que ejerció fue el entregarse
Proporcionaba una amistad de higuera que daba alimento y
/sombra
Y por eso después de atacarlo la muerte se dio cuenta
De que había abatido no solamente a un hombre sino a un árbol
Aún quedan sus raíces en la tierra

Declaración de principios

Desde el perfume en que te quiero tanto
hasta esa gran ternura que como túnica te viste
hay un camino a mi alma
que es un camino a mi dicha

Ese color tan lento ese color besado que te empieza
y tus senos acostumbrados a que mis ojos los estrujen
y tu boca de donde sale felicidad a torrentes
y la piel que te cubre con lujuria de raso
obstáculo exquisito entre mis dientes y tu carne
lodo eso desemboca en este amor que me íntegra

Tu sonrisa es la época de ser feliz pues se conoce
la ciencia de tus labios que muerden desde lejos
manos para el milagro de hacer brotar la fuerza de una mecánica muy dulce
que habría sido inercia para siempre sin tu gloriosa asistencia
En tus piernas se inicia el paraíso
paraíso perdido y al fin reencontrado
donde vivir en nuestro tiempo la edad de la manzana
Nadie ha logrado tu retrato porque tú comienzas
en una zona de ti misma difícil al pincel el lente o la palabra
Comienzas en el tono la mirada el andar
nada del cuerpo te principia, pero tu cuerpo es donde acaba todo
hasta la vida en él concluye mas se inicia de nuevo
océano al que fluyen atropellados ríos
puerto de los deseos y los besos
ay adorado cuerpo de mi muerte

Y yo era solo, y yo era triste, y yo era un menos y no era yo sin ti
No es nada el ángulo que no tiene un lado
yo era como él pues me faltabas tú
Recién estoy completo como un redondo como un mundo entero.

¿Quién dijo miedo?

Le apuntarán con rifles a la región del saco
el saco ha de dejarles perforar la camisa
la camisa de cándida permitirá que lleguen hasta el pecho
el pecho heroicamente sabrá ahí mismo convertirse en rosa
la rosa echará pétalos por los cuatro costados de la sangre
la sangre comedida irá a entregarle su caudal al río
el río asumirá la empurpurada fisonomía del obrero
y el obrero sin pausas ha de seguir pidiendo
pidiendo que le suban el salario
aunque después sus restos
vayan a exagerar el cementerio

Otros verán que tiene motivos el salario
para creer que es poco lo que le da a la casa
la casa tiene esposa
a la esposa le cuelgan como flecos los hijos
a los hijos no hay pan que no les ladre
no hay ladrido pequeño que no implore un juguete
ni hay juguete tan tonto que se ponga furioso
el día que lo adquieren porque lo rompa un niño
Pero al niño de veras solamente lo encarga
la madre cuando sabe que ha llegado el aumento
al aumento le dan de bofetadas sin asco los patrones
e irreductible la inclemencia de éstos
al perro de juguete
al chico que no ladra
a la madre atrevida que lo compra
y al jornal microscópico del padre
no les queda otra cosa que la huelga

La huelga es la antesala de la muerte
la muerte es una hilera de fusiles
los fusiles son seres
expertos en el arte de asesinar camisas
las camisas se abrigan con los sacos
los sacos son parientes de los pechos
en los pechos revientan las rosas de la sangre
la sangre nunca para hasta que llega al río
y este río de espantos desemboca
inapelable inexorablemente
en el mar sin perdones de la revolución

Telegrafía simplista

La lluvia pone paraguas
sobre las cabezas de los ciudadanos.

Las miradas se resbalan al suelo,

ignorantes del equilibrio.

Los hilos de las conversaciones se humedecen

y quedan en las aceras sus ovillos mojados.

El telégrafo sin hilo es inútil.

La lluvia es un aparato Morse
sobre los vidrios de las ventanas:

tac, tactac, tac, tac.

El cielo y yo cambiamos noticias
por intermedio de los alambres de agua.