Poetas

Poesía de Colombia

Poemas de René Segura

René Orlando Segura Latorre, nacido el 30 de septiembre de 1977 en la vibrante Bogotá, es un poeta colombiano que ha dejado una huella única en la escena literaria. Su obra, como una danza de palabras, revela una fusión de introspección y humor, dotando a su escritura de una autenticidad palpable.

Entre las joyas literarias que ha regalado al mundo, destacan «Los diálogos con el Señor Plátano» (2009), una obra que sumerge al lector en un diálogo surrealista con la divinidad de lo cotidiano. Le siguen «Los escritos apócrifos del Señor Plátano» (2010), una exploración profunda de la existencia enmascarada con ingenio, y «Guía de los no-lugares del Señor Plátano» (2013), una travesía por rincones olvidados de la realidad.

«El desierto de los payasos» (2015) es una joya de su repertorio, donde Segura teje metáforas poéticas en un lienzo de desolación y risas, publicado por Animal Extinto Editorial. Su última creación, «De una manera conocida» (2020), despliega la evolución de su poesía, resonando con la cotidianidad desde una perspectiva única.

Además de su contribución a la poesía, René Segura ha dejado su impronta musical con Defenza y Odio a Botero. Con Defenza, destacan «El Disco Chévere de Defenza: La emancipación de Popó«, mientras que con Odio a Botero ha lanzado álbumes como «Odio a Botero» (2003), «Kill the cuentero» (2007) y «Bardo» (2017), mostrando su versatilidad artística.

René Segura emerge como un artista que desafía las convenciones literarias, su pluma es una sinfonía que armoniza lo profundo y lo efímero, convirtiéndolo en un tesoro invaluable en la rica tradición literaria colombiana.

LO QUE TENGO

Tengo una autoestima medicada
Una dialéctica muy peligrosa
Unos buenos recuerdos
Y este poema que nombra lo que tengo.

Una fe en la fe
Y un desprecio por el desprecio
Una Contradicción a la contradicción
Y un discurso enredado para parecer interesante.

Una conexión universal
Una anarquía que uso solo cuando me conviene
Una cruz que convertí en silla
Un malestar incurable.

La celda más grande
Un reflejo en el fango y otro en el cielo
Un respeto a mis teorías
Y un ritual de fuego.

Esto es lo que tengo.

MIEDO

Tengo miedo de sembrar un árbol y
terminar ahorcándome en él
de ser inmolado en el fuego de la
verdad
de tener deseos
de no poder eliminarme.
Tengo miedo de escribir en una hoja
frases que me acuchillen.
De tener un hijo y que algún día me
maldiga.
De tener pareja y perderme en el
laberinto del tu y yo.
De perder el miedo y volverme libre.
Tan libre como para asesinarme con
cariño.

ME SANTIFICO

Me santifico
Con mi propio ritual y mis sagradas palabras
Me conmemoro y me perdono
Me crucifico y resucito según mis propias escrituras.
Escribo mis libros sagrados
Pero dudo que sean palabra de dios
De mi génesis a mi Apocalipsis se pasa en un parpadeo
Un parpadeo que limpia las lagrimas de mis ojos.
Lagrimas que hacen parte del ritual de santificación
Lagrimas que purifican hasta el agua bendita
que bautizan lo innombrable
Y que me liberan de ser libre.
No hay catedral ni capilla
Y los iconos representan todo
De rodillas como símbolo de respeto
O simplemente otra posición para descansar.
Me santifico
Pierdo mi inocencia repitiendo mi oración
Me vuelvo sagrado y hasta puedo bendecir
Pero Bendecir que?
si ya alguien se me adelanto.

EL MAESTRO

Tengo el poder de la transformación
Dominando las consecuencias.
Maestro del absurdo
Y de sus cambios.
Transformo ansiedad en placer
Y humo en imaginación.
Maestro de los rituales de fuego
Y Señor de la destrucción.
Con un pie en el cielo y otro en el infierno mantengo el equilibrio
Aunque para que lo mantengo
Si ya no importa caer.

POR FIN

Por fin encontré sabiduría y libertad
Una sabiduría maldita y una libertad que asesina.
La sabiduría de la sobredosis
Y una sobredosis de libertad
Una libertad Que me vuelve una llama muy fuerte
Que se extinguirá muy rápido.

PUÑO NO SERÁ VOZ

Puño no será voz
Y nunca lo será.
Hay cosas sagradas que se debieron respetar
Pero no lo hice
Ahora pago mi acierto
Dando vueltas en este patio.
Leyendo lo que algún otro sensato
Que pagaba otro acierto en este mismo patio
Escribió en la pared.
Puño no será voz
y nunca lo será.

PARA QUIEN ESCRIBO

Escribo para mí
Porque esta es la única forma de poderme escuchar
Por encima de la voz interna que me atormenta.
Escribo para mí
Para no olvidar él porque escribo para mí
Y leer estos escritos que son mis nuevos enemigos.
Escribo para mí
Para recordar quien creo ser
Y sobre todo para escuchar un yo que le roba tiempo a su destrucción.

FLORES

Flores en mi jardín
En mi paraíso terrenal
En el jardín donde falta un profeta de verdad
Y donde nunca habitara Eva
Flores sabias
Por encima del todo Y por debajo del fin
Sabiduría sin palabras
Que viaja por el silencio
Flores que me enseñan mucho:
Que el tiempo no existe
Que nada importa
Y que no son sabias.

LIMPIO MIS HERIDAS

Limpio mis heridas
Y Las limpio muy bien
para volver a tener mi piel Lista para otra herida.
Busco sanción
Busco ascensión
Para volver a estar arriba
Listo para otra caída.
Rezo de nuevo
Limpio mi conciencia
Para volver a tener mi alma
Lista para otro pecado.