Poetas

Poesía de Estados Unidos

Poemas de Stan Rice

Stan Rice fue un reconocido poeta estadounidense nacido el 7 de noviembre de 1942 y fallecido el 9 de diciembre de 2002 a causa de cáncer cerebral. En 1961 contrajo matrimonio con la escritora Anne Rice, y juntos se mudaron a California, estableciéndose en San Francisco. La pareja tuvo dos hijos: Michele, quien murió a los 5 años de edad a causa de leucemia, y Christopher Rice, también escritor.

Rice se desempeñó como profesor de inglés y escritura creativa en la Universidad Estatal de San Francisco y, además, fue dueño de la Galería Stan Rice en Nueva Orleans. Su carrera literaria comenzó cuando escribió los poemas que sirvieron como introducción de los capítulos del libro de Anne Rice, «La reina de los condenados». Estos poemas se publicaron en su primera obra, «Algo de cordero» (Some Lamb), escrita después de la muerte de su hija Michele.

A lo largo de su vida, Stan Rice logró gran reconocimiento por su obra poética, la cual se caracteriza por su emotividad y sensibilidad. Fue un artista comprometido con su tiempo, y supo plasmar en sus versos sucesos y sentimientos de su época.

Stan Rice falleció a los 60 años, dejando un legado importante en la literatura estadounidense contemporánea. Su tumba se encuentra en el Cementerio de Metairie en Nueva Orleans, lugar donde descansa en paz este gran poeta.

El exceso es el alivio

Abandónate, abandónate. El exceso
es el único alivio
así que abandónate. El sol está en el árbol.
Pon tu boca sobre la mía. Abandónate al
rayo y al ardor, pues el miedo son escenas soñadas
de lo que sucede tras la muerte. Es ser rechazado por
lo que se inclina con dolor.
En la mente el codo se dobla, alza la copa.
Lo peor está todavía por soñarte,
así que doblega la intriga que
soñaste. Huye de la aguja de heno en el árbol
del cerebro.
El exceso atrae por oleadas. Las estrellas se consumen.
La oropéndola
se asoma y se lamenta. El miedo es el temor a ser
menos
para siempre. Así que abandónate. Inclínate y besa
cuanto veas.

Teoria estética

Improvisa un poema
Recítalo
de forma que sus pétalos se despeguen
como sesos en un tarro.
Nuez de cera, que se funde con el pensamiento.
Haz que sea un poema casi
obscenamente comprensible
y que su sentido
rezume como un jarabe del tronco agujereado.
Haz que se deslice sinuosamente hacia la lasciva molécula
y aplique su boca atómica sobre la boca de su núcleo.
Tira de su tallo
Para exponer el feto. Haz que
tenga hijos con sus suaves mandíbulas de jengibre,
haz que los perros aúllen al verlo pasar,
sácalo del tarro,
para que yazga junto a nuestro cadáver, nuestro caos.
Créalo hambriento, perverso, enemigo de la Muerte.
Escríbelo en un papel. Léelo. Haz que un bisturí parezca un
suspiro a su lado, haz que posea un aguijón tan mortífero
que los escorpiones lo llamen Jehová y Compañía.
Hazlo ahora antes de que estires la pata.
Concíbelo, engéndralo, acarícialo,
haz que sea eficiente, que encaje,
haz que sea un Poema que sobreviva a todos los poemas.

Un punto repugnante,un punto lujurioso,muchos puntos bello ¿o no?