Poetas

Poesía de México

Poemas de Salvador Gallardo Topete

Salvador Gallardo Topete (el hijo) nació en 1933 en México, estudió derecho en la UNAM.Promotor cultural y catedrático activo de la Universidad Autónoma de Aguascalientes y del Instituto Cultural de Aguascalientes, ha publicado, entre otros, los siguientes libros: Raíces (1960), Caín y Abel (1960), No pretendo la voz (1991), Un día de estos (2001), El investigador córvido (2003). Ediciones sin nombre acaba de publicar Estancias del sueño, cuentos, 2010.

Y SI EL AMOR NO FUERA 

Y si el amor no fuera
sino la sombra de una sombra.
La imagen de un espejo capturada
por los espejos del agua,
el ademán apenas insinuado
de un pájaro sin alas,
la ceniza de un fuego no iniciado…
Y si el amor si fuera
no sombra de la imagen,
sino sustancia en sí
capaz de reflejarse:
no ademán, sí pájaro con alas:
no ceniza, sino llameante fuego.

EL AMOR TIENE RECOVECOS

El amor tiene recovecos,
retorcidos senderos,
despeñaderos nocturnos,
roídos muros
donde las caricias duelen
como mordiscos ácidos
de aceradas serpientes.

LECCIÓN DE PERMANENCIA

Pero el amor revive de los huesos
desde el humilde vómer
tremolando banderas victoriosas
para dictar su lección de permanencia
en los estratos húmedos de arcilla;
ahí la pequeña señal,
la enhiesta espiga
con su germen de vida desafiante.
Otros serán quienes reciban
este gesto de amor,
y en sus arterias
un ligero temblor…

NADIE EVOCA LO REAL

Nadie evoca lo real,
recuerda la apetencia del momento,
tira de la hebra sutil
y el fantasma del sueño
aparece en escena.
(La tasa de té y la magdalena).
Oprimo el botón negro
del jacuzzi rojo
y el agua de otro tiempo lanza
su espumeante lujuria
contra el doble escollo de tus muslos.

COMO PEZ QUE NADA

Como pez que nada
en aguas caliginosas,
el ojo acude a la luz
como al anzuelo;
muerde voraz la imagen
de un fantasma traslucido,
la forma de la flor,
mas no su aroma,
no el dulce tacto de sus pétalos
ni el punzante dolor de sus espinas.
Pero la flor está allí,
plena en su belleza, proclamando su ser.
Vistiendo de colores,
exudando esencias llamativas
para un enjambre sin fin
de libadores.